4 • nuevas órdenes

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Su cabello cae sobre sus hombros, el color está un tono más claro desde la última vez, se muerde su labio inferior, su perforación hace que se vean más gruesos, recuerdo la sensación de sus labios sobre los míos; la línea de su clavícula. Me hubiese gustado besarla más esa última vez. Su sostén es negro, lo ha jalado un poco hacia arriba haciendo que sus pechos se vean más apretados, sus tatuajes adornan su torso y sus brazos, no puedo dejar de ver la foto.

Alicia me la mandó, sin previo aviso y sin ninguna explicación.

-Victoria- me llama Joss.

Bloqueo el celular, ella me mira algo extraña, ¿me habrá visto mientras veía la foto de Alicia?, ¿habrá visto la foto?, espero que no

-Necesito que me ayudes.

Me levanto de la silla y voy detrás de ella, al entrar veo que un montón de libros están fuera de su lugar, ella va a la maqueta de la exposición, se sienta frente al escritorio.

Quedo hipnotizada viéndola, su cabello va todo hacia el lado izquierdo que es hacia donde está inclinada. Hoy trae un top rojo (he notado que le gusta mucho usar ese color), es escotado y en este momento me está costando mucho trabajo no verlo, en especial porque el colgante de libélula que lleva siempre ha quedado entre sus pechos.

¿Es conciente de lo bien que se ve?

-Enviaste tu portafolio -me dice y vuelvo a centrarme en sus ojos.

-Sí..., es el tercer año, de hecho. Pero lo envié antes de saber que tendría la pasantía.

Asiente.

-Dos meses antes. Sé que esto es algo abusivo de mi parte, pero necesito hablar contigo y te podría invitar a almorzar si no te incomoda.

Petición extraña.

-Oh, ¿y de qué hablaríamos?

-Tú, tu portafolio o podríamos hablarlo luego de que termine tu turno, pero no quisiera tenerte más tiempo aquí del necesario y no sé muy bien cuánto vaya a tomarme decirte todo.

-¿Mi portafolio?

-Sí.

-Okay.

Hablar de mi portafolio me emociona.

-Bien, ¿nos vamos?

¿Ahora?

-Pero todavía no es hora de...

-¿Hay algo que urga?

-No, todo está en orden por ahora, pero se supone que a las doce llegan los últimos cuadros.

-Entonces vámonos ya.

Voy por mi cartera y mi celular, luego la sigo por el pasillo, creí que íbamos al área común del lugar, pero en lugar de eso bajamos al estacionamiento, yo la sigo sin decir nada y subo al auto con ella.

Luego soy hipnotizada por cómo se ve conduciendo.

¿Qué me pasa hoy?

Creo que me puse hormonal luego de la foto de Alicia.

Su collar brilla bajo la luz del sol, tiene una piedra verde en la parte de la cabeza de la libélula.

¿Será una esmeralda?, me gusta cómo resalta con el dorado del collar, lo que supongo que es oro.

-Me gusta tu collar -le digo.

-Gracias.

Combina con tus ojos, por cierto.

cielo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora