Camino hacia la oficina tratando de idear algo para poder ver a Joss a los ojos otra vez.
Sigo sin poder creer que soñé eso y no puedo creer lo insistente que es mi mente con seguir recordándomelo.
-Victoria.
Escucho que me llama antes de entrar, me golpeo con la puerta por girarme hacia ella.
-¿Sí?
-¿Estás bien?
Trae un vestido negro ceñido arriba de la rodilla con una chaqueta negra, sus labios estan rojos, su cabello cae por todos lados... el negro se le ve fabuloso y esas piernas...
¡Ya basta!
¡Dios! ¿Qué me pasa?
-Ajá -contesto como puedo.
-¿Segura?
-Sí, ¿qué necesitas? .
-Hablé con mi mamá ayer, ya revisó tu portafolio y quiere verte ahora.
-¿Ahora?
-Sí, sube, te está esperando.
-Ammm... sí, okay.
No estoy lista para esto, no tengo ni idea de cómo estoy logrando caminar o cómo es que recuerdo el camino para llegar.
Me detengo frente a la puerta, me miro en la cámara de mi celular para arreglarme un poco el cabello, lo guardo en la bolsa de mi saco, tomo una respiración profunda y toco a la puerta, escucho que me dice que pase.
-Hola Victoria -me dice.
-Buenos días, señora Sevilla -contesto.
Sonríe como si fuera la ironía más grande del mundo.
-No es necesaria tanta formalidad, niña. Toma asiento -hago lo que me pide-. Ahora, háblame de tu trabajo, ¿por qué debería de aceptarte?
Me mira con un poco de arrogancia, como si ella estuviera haciéndome un favor al dejarme respirar el mismo aire que ella, como si no me hubiera esforzado nunca en mi vida y estuviera aquí por lástima.
De pronto la detesto, lo que hace que mis nervios desaparezcan y que sienta un poco de esa adrenalina que me da pintar murales en donde no debo y sé que voy a salirme con la mía.
Me quedo mirándola directo a los ojos.
-¿La verdad?, para complacer un poco a mi ego, ¿qué artista no querría presentar su trabajo en una de las mejores galerías del país? Yo ya tengo a la ciudad misma como mi propia galería y más espectadores de los que tendría en un lugar como este, pero necesito que una persona con un buen número en su cuenta bancaria diga que lo que hago no es vandalismo. Sé lo buena que soy en lo que hago, sé cómo llamar la atención, sólo quiero un poco de prestigio porque nací sin él, he tenido que ir ganándo poco a poco ese reconocimiento, estar aquí sólo me haría obtener eso que quiero de una forma más rápida, pero no me importaría obtenerlo de la forma lenta, porque si quiero algo lo consigo.
Sonríe, estudia minuciosamente mi semblante.
-No eres para nada su tipo -dice casi en un susurro-. ¿Por qué tomaste la pasantía, entonces?
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cielo
Roman d'amourDesde que tus ojos esmeralda se me pusieron en frente arruinaron todo, incluso los planes en los que no había pensado