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Luciana.

Observaba detenidamente cada uno de sus rasgos ¿Como podía ser tan hermoso?

Amo mirar cada uno de sus detalles, tanto por dentro como por fuera. Una persona la cual admiro, Mateo.

-Buenos Días Hermosa- una voz ronca me sacó de mis pensamientos- Ya se que soy hermoso pero deja de mirarme así- dijo riendo.

-Así como?- Lo mire con una ceja alzada.

-Con esa carita hermosa que tenes, me dan ganas de comerte la boca así de una- me agarró con una mano los cachetes y los apretó. Amo que sea tan directo.

Se acercó a mi y me dio un piquito.

-Hey- le reproche, quería más.

-Boba aguanta a que me lave los dientes, vos ya lo hiciste no? Por que sino ni ahí te beso loca deah- reimos.

-Si bobo, me levanté hace dos horas- rode los ojos.

- Apa ya entramos encinfianza Gómez?- se levantó para ir al baño.

-Querés que te hablé como un desconocido Palacios?- me acosté mejor en la cama y agarré el celular.

- Bue, paso al baño- solo le respondí un simple "Bueno".

Al rato sentí la cama undirse de un lado, sabía que era Mateo. Me abrazo por la cintura.

-Apa flasheando confianza Palacios?- lo mire a la cara ya que me pone muy incomoda que , cualquier persona, me mire a los ojos.

-Porque evitas mirarme a los ojos?- me hice la tonta, lo mire unos segundos y giré la mirada- dale boba, todavía no como eh- sonrió.

-no me gusta mirar a las personas  a los ojos, me pone muy nerviosa- tiré una risita.

-Lo intentaste conmigo? No digo ser la excepción peeero no perdes nada no? Dale mirame- alce la vista logrando encontrarme con sus hermosos ojos, de cerrca a podían ver todas los detalles de su rostro, los inspeccionaba con la mirada, es que es increíble.

Sus ojos marrones hermosos, sus cejas perfectas, sus largas pestañas, su nariz redondita, el arito en ella igual al mío, si tengo uno igual que el de el, sus labios, el inferior la gruesito que el otro, lo envidio, su perfecta mandivula bien marcada, mi debilidad...Y puedo seguir hablando así de él toda la eternidad.

-Mis ojos están acá arriba Che- hablo riendo, yo sólo me escondi en su cuello, que vergüenza, debo estar toda roja.

Deje unos besitos en el lugar anterior nombrado.

-Me haces cosquillas Lu- hablo riendo

Salí de mu escondite y me recoste en su pecho mientras en me hago mimitos en la cabeza.

-Te quiero- me salió de la nada, a lo que me tape la boca, fue inesperado eso.

El sólo se rió, como puede reírse todo el tiempo? Es increíble.

-Yo también te quiero rubia- sonreí ampliamente al escuchar eso de sus boca

-Vamos a desayunar a algún lado?- dije de la nada, tenía hambre y acá no había nada, ya me había fijado.

-Desayunar Lulita? Ya son las 2 de la tarde- dijo riendo.

-Bueno, vayamos a comer a algún lado, tengo mucha hambre y acá no hay nada- le hice pucherito.

-No me hagas eso que me dan ganas de comerte la boca- miraba mis labios.

-Y que te impide hacerlo?- susirre mirando sus ojos.

Distinta || Trueno ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora