8:15 [2WON/ HyungWonho] +18

V

Tenía los ojos completamente abiertos mirando al techo y la respiración de Kristen se hizo casi imperceptible indicándome que estaba profundamente dormida. Salí de entre las cobijas y toqué el piso de madera con los pies descalzos, caminé fuera de la habitación yendo por el pasillo oscuro cuidando de no hacer demasiado ruido, bajé por las escaleras y fui al siguiente pasillo donde habían otras dos habitaciones; una era la de Kihyun y la siguiente era la de Hoseok.

Temprano fue un martirio, porque Jaebum en serio buscaba con desesperación figurar junto a Hoseok, al punto de que pensaba en compartir una habitación junto a él, siendo el mismo Hoseok quien se negaría antes de que pudiera decir algo al respecto.

Con esa molestia en mente abrí la puerta despacio; todo estaba oscuro así que cerré tras de mi poniendo el seguro, lo vi profundamente dormido y caminé hacia la cama observando su cuerpo que estaba a medio cubrir con la sabana blanca. La vista era como la de un dios griego, esos músculos en su cuerpo tan sensual que, inclusive estando casi inmóvil, lograba impregnarme demasiado.

Tomé lugar a su lado sintiéndome al fin bien, completo. Pasé mi mano por su abdomen y fui descendiendo hasta que  lo vi abrir los ojos atontado, sonreí por la bella imagen que me mostraba y me sorprendí cuando se asustó tomándome de la camiseta, sacudiendome tan fuerte, que creí que mi cuello se rompería.

— Hoseok, Hoseok. Soy yo, soy yo, tranquilo. — le hable lo más rápido que pude para que dejara de estar en pánico y gracias a Dios eso pareció hacerlo reaccionar.

— ¿Hyungwon? — lo tomé de las muñecas buscando que aflojara su agarre y así me soltara. Una vez lo hizo busqué sus labios pero me apartó molesto. — ¿enloqueciste? ¿Qué si te hubiese matado? Maldición, no lo vuelvas a hacer... Creí que era Jaebum que se había salido de los cabales.

— yo mismo lo habría matado con mis propias manos de ser necesario. — sus palabras no tenían sentido alguno, me hacían sentir demasiado incompetente. Acostado él pasó uno de sus grandes brazos por sobre los ojos cubriendolos, se veía tan bien que mi impulso comenzaba a incrementar.

— ¿qué haces aquí? — me acosté a su lado dando besos sobre su hombro e ignorando esa pregunta tan obvia; lo extrañaba y no soportaba que incluso en mi presencia cualquiera tuviera la osadía de pretender seducirlo.

— te extraño, Hoseok. — mordí su hombro, colé mi mano entre sus pantalones tocando su trasero y me acerqué sintiendome tan sediento de él; Sin embargo, Hoseok me alejó por completo.

— no estoy de humor para esto. — ¿de qué creía que hablaba él? Fruncí el ceño esperando que Hoseok dijera que estaba bromeando o algo, no entendía por qué razón se comportaba de esa manera conmigo.

— ¿no estás de humor? — se lo pregunté falto de paciencia, tenía un agridulce en la boca que no me permitía aceptar que me tratara como si fuera un extraño; no lo era. — temprano parecías muy buen, pero ahora simplemente ¿no estás de humor?

— Regresa a tu habitación y déjame dormir en paz. Mañana saldremos a explorar y lo último que quiero es parecer cansado. — sus palabras intensificaron lo mal que estaba llevando parte de las cosas; absolutamente todo sobre Kristen aún era un caos y no hallaba forma de terminarlo pronto, sin que frente a mi tambaleara mi única oportunidad de tener a Hoseok de la manera en que lo quería. Resoplé profundamente sintiendome inconforme y culpable de lo que estaba haciendo incluso con mi prometida en la misma casa de verano, pero no era el único que estaba haciendo mal, definitivamente Hoseok también fallaba; me fallaba a mi.

— Tú tampoco has hecho nada para alejar a Jaebum. — soné como un niño pequeño haciendo una pataleta, era cierto, no me encontraba peleando por un juguete que se me estaba arrebatando, se trataba de Hoseok quien era mi luz, era mi setido completo y yo simplemente optaba por mostrale mi lado más estúpido, sólo porque no hallaba otra forma de expresar mi profunda decepción. Por supuesto Hoseok se enojó, mis palabras ni siquiera tenían un valor real o al menos serio, estaba siendo un grandísimo idiota al enfrentar la situación de la manera en que lo estaba haciendo.