VI

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Mis ojos analizaban a detalle al chico de cabello negro que se encontraba de pie frente a la puerta del edificio; él vestía uniforme escolar, llevaba un morral negro en el hombro y sostenía un cigarrillo en la mano del que fumaba mientras movía la cabeza, hasta que giró a verme apenas di un paso más cerca. Rápidamente se deshizo de los auriculares mirándome atento.

— ¿Chae Hyungwon? — fruncí el ceño ante su voz profunda que llamaba mi nombre, me encontraba justo frente a él y no quedaba casi nada para terminar de entrar al estudio. Él apagó el cigarrillo contra el muro en el que se encontraba apoyado, frunció el ceño y volvió a hablar — Eres Chae Hyungwon ¿no? No puedo estarme equivocando. — levanté una ceja ante la rigidez de su cuerpo y apariencia que no me daba buena espina.

— Jum ¿qué quiere un estudiante como tú conmigo? — su mirada me inspeccionó en un silencio absoluto, causando en mi curiosidad el momento en que hizo una reverencia profunda.

— Soy Changkyun, tu hermano. — cualquier rastro de interes que hubiese podido tener se esfumó y mi mirada se endureció lo suficiente para hacerlo retroceder una vez volvió a erguirse. Últimamente todas las cosas malas me pasaban una a una sin siquiera poder contenerlas, se asemejaba como a la gran hilera de fichas de dominó que caían de manera consecutiva sin poder frenar nada; absolutamente nada.

— Vete por dónde viniste y no vuelvas a aparecer frente a mí nunca más. — la respuesta a ello, era que estaba cansado y no hallaba manera de terminar con todo de una vez. Sin dudarlo ni un segundo tomé la puerta para irme y dejar a ese desconocido atrás, pero escuché de nuevo al chico aquél siendo insistente y obstinado hasta el punto de hartarme.

— ¡Espera, hyung! Tenemos que hablar, yo... — mi cuerpo se puso rígido y apreté el agarre de la puerta. — yo-sólo quiero hablar contigo, nada más. — cerré los ojos muy fuerte y dejando ir el aire me permití relajar el cuerpo que casi ni sentía; no era mi estilo meterme en problemas, hace mucho tiempo ya no lo era y no quería ahora obtener alguno por lanzar a patadas al chico lejos de lo que era mi edificio. Sin decir una palabra en respuesta abrí la puerta y seguí hacia adentro, dando varios pasos por el pasillo me dediqué a escuchar si era que me seguía o no, y cuando no logré oírlo detrás me giré y lo vi de pie aún afuera, plantado con el morral en el hombro y mirando hacia dentro con el ceño fruncido; parecía derrotado a saber por qué, igualmente a mi no me importaban sus razones... No del todo.

— ¿no necesitabas hablar? ¿qué haces entonces ahí de pie mirándome de esa manera tan patética? Entra ya antes de que pierda lo poco que me queda de paciencia, maldita sea. — él miró a todos lados, reafirmó su morral y entró cerrando la puerta; me giré yendo hacia dentro y saludé a un par de empleados que pasaban, el ruido ajetreado fue aumentando a medida que nos adentrabamos y tomé las escaleras hacia la oficina sin más, siempre siendo seguido por aquel chico de cabello negro del que penas y había escuchado nombrar alguna vez.

Estando en la oficina dejé las llaves del auto sobre el escritorio y quité la chaqueta dejándola sobre la silla, miré al chico que entraba observando todo con una curiosidad de un niño pequeño — muy contrario a su apariencia — y note en el proceso que se detuvo a ver cada foto colgada en la pared.

— ¿papá te envió a caso? — él reaccionó dejando de ver una de las tantas fotos de mariposas y su expresión misma me dijo que no era nada como tal. — ¿por qué estás aquí?

— papá... No. Él no lo sabe. — Me froté  la sien debido a la enorme migraña que estaría pronto a tener, tirándome en la silla cerré los ojos y pensé en si sería en serio que no era algún plan estúpido de papá por convenverme para cumplir alguna de sus absurdas exigencias o quizá el niño ni siquiera era hijo de él y sólo era un estafador que quería provecharse; al esta altura ya no tenía idea de nada. — vine aquí por mi propia cuenta. Papá tenía una tarjeta con la dirección de este lugar y, bueno, en casa hay una que otra foto tuya en el ático... — abrí los ojos encontrándome con que él se encogía de hombros y fruncía los labios; yo recordaba perfectamente ese lugar... — así que vine. Sólo quería conocerte y hablar.

8:15 [2WON/ HyungWonho] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora