Two Lifes

Capítulo 9 - Kazekage

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Ambos fueron guiados por un hombre (del cual provenía la voz que les había hablado al llegar) a un hotel. Después de todo, aún era muy temprano para la reunión.

El hombre les indico los lugares y espacios que el departamento asignado a ellos tenía.

Luego, el hombre se fue.

Fuu no tuvo mejor idea que salir corriendo al baño, y Yagura, el trataba de tomar su segundo aire en un sofá, básicamente estaba totalmente exhausto.

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En pocos minutos, Fuu salió con una cara reconfortante y algo tonta si se podría decir. No fue hasta dirigir la mirada a la puerta y ver una pequeña montaña de arena acumulada prolijamente, que su cara cambio de expresión.

Ella miro al Mizukage – ¿ Oye esa cosa estaba ahí cuando llegamos ? – Apuntando a la pequeña montaña.

El Mizukage levanto su vista, estaba cómodamente recostado en el sofá, hasta que levanto la vista – No –

Ella levanto una ceja – Entonces, ¿ Cómo apareció ahí ? –

Yagura suspiro – Mis botas, estaban llenas de arena –

Ella lo miro de reojo – ¿ Y no tuviste mejor idea que dejarlas en la entrada ?, ¿ No ? –

Yagura soltó otro suspiro – Déjame descansar aunque sea por 2 minutos más y luego lo limpiare –

Fuu frunció el ceño y soltó un largo bufido.

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Las horas seguían corriendo y la pequeña montaña estaba todavía ahí.

Incluso cuando de la puerta se escucharon golpes y paso el mismo hombre de antes para informarles que ya era hora de la reunión, la montaña seguía ahí.

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Fueron conducidos al edificio del Kazekage, en el camino, la gente los veía con curiosidad, algunos hacían reverencias, otros veían con sumo cuidado a los extranjeros recién llegados, aunque nunca con una falta de respeto, simplemente curiosidad.

Entraron al edificio y pasaron por un pasillo bastante ancho y corto. En un cierto punto del recorrido, el hombre que venía junto a ellos se detuvo, no sin antes decirles que hasta ahí llegaba el y que ellos deberían seguir con otro guía.

Este nuevo guía también los llevo por diversos pasillos hasta llegar a la supuesta oficina de su Kage.

Este hombre también se detuvo, pero en la puerta. Las cosas eran claras, ellos debían pasar y él debía vigilar la puerta.

Ellos dudaron un poco, pero luego de todo lo ocurrido, era obvio que no iban a retroceder justo ahora.

El joven de ojos violetas fue el que abrió la puerta tras girar el perillo.

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La oficina se parecía un poco a la del Mizukage : Un escritorio, su silla, las ventanas, estantes para libros, y, los característicos papeles de asuntos económicos o comerciales.