Steve estaba tumbado a un lado de su cama. Tenía una fuerte resaca por estar tomando toda la mañana.
—Hijo, ábreme —le pidió su madre tocando a su puerta.
Él ni siquiera se molestó en amagar a levantarse. Extendió su mano y agarró una de las botellas que estaba cerca y se la llevó a la boca. No importaba nada, sólo tratar de desahogarse bebiendo. Los golpes en la puerta aumentaron. Su padre y su hermano también se unieron al intento de abrir la puerta para ver lo que estaba sucediendo adentro.
—Ffuu-fuerash —gritó alcoholizado.
—Steve —insistió James—. No te hagas esto.
—Eshta esh mi casa —hizo gestos exagerados con sus manos, como si ellos le pudieran ver—. Puedosh hacsher lo quesh quiero. Mesh quitashron a mish mujersh, yosh puedo —se golpeó el pecho con torpeza— yop puedosh hashcer lo que quierash.
Su garganta le ardía por tanta bebida. Se subió a su cama y hundió su rostro en la almohada que Natasha solía usar. Todavía su aroma estaba ahí. Abrazó la almohada y se quedó dormido.
—Steve, Steve — alguien le movía.
—Mmmm —se quejó.
—Steve —le seguían llamando.
Abrió sus ojos y se topó con unos orbes verdes. Ella le miró con una sonrisa mientras acariciaba su rostro.
—Te quedaste dormido —hizo un puchero.
—¿Natasha?
—¿Quién más podría ser?
Él se levantó y se percató de que estaba en el jardín de su casa. Sintió el césped entre sus manos. Los dos estaban debajo de un árbol. Entonces, se dio cuenta de lo que sucedía. Se abalanzó encima de una sorprendida Natasha y la besó necesitadamente. Sus labios eran su adicción, amaba besarlos y dejarlos hinchados. Ella sonrió entre el roce por como actuaba Steve.
—Natasha, te he extrañado mucho.
Ella le miró confundida. No entendía a lo que se refería. Ellos no se habían separado lo suficiente como para extrañarse.
—¿Me extrañaste en tus sueños?
—No importa —la volvió a besar.
—Steve —le apartó—. ¿Qué te sucede?
—Nada. Quiero que sepas que te amo.
Natasha le miró enternecida, él no demostraba mucho sus sentimientos hasta que ella llegó a su vida.
—Lo sé. Yo también te amo. Eres el hombre de mi vida, Steve. Nunca voy a dejar de amarte.
—Natasha... —le acarició la cabeza, pasando sus dedos por las hebras rojas de ella— . Necesito que sepas lo importante que eres para mí. No me imagino el futuro si no es a tu lado.
—Algunas cosas no son lo que parecen —no le dejó continuar.
—¿Qué?
—Abre los ojos —le besó con ternura.
—Vas a estar bien —le decía una y otra vez su madre.
Sus ojos no se abrieron completamente a causa de la excesiva luz. Veía un techo blanco que se movía. Escuchaba el sonido de unas ruedas y las voces de varias personas.
Se dio cuenta de que estaba en un hospital. Lo estaban trasladando a la sala de emergencias. Su familia estaba ahí, escuchaba sus voces. Levantó su mano frente a su rostro y pudo abrir más sus ojos. Seguidamente, un fuerte dolor de cabeza, como si algo se hubiera desacomodado en su cerebro, lo hizo quedarse inconsciente.
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Por Ella | Romanogers
Fanfic𝗨𝗻𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗼 𝗔𝗹𝘁𝗲𝗿𝗻𝗼 𝙻𝚊 𝚋𝚎𝚕𝚕𝚎𝚣𝚊 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚎 𝚜𝚎𝚛 𝚞𝚗𝚊 𝚖𝚊𝚕𝚍𝚒𝚌𝚒𝚘́𝚗... 𝖭𝖺𝗍𝖺𝗌𝗁𝖺 𝖱𝗈𝗆𝖺𝗇𝗈𝖿𝖿 𝖾s 𝗎𝗇𝖺 𝗆𝗈𝖽𝖾𝗅𝗈 𝗆𝗎𝗒 𝗋𝖾𝖼𝗈𝗇𝗈𝖼𝗂𝖽𝖺. 𝖲𝗍𝖾𝗏𝖾 𝖱𝗈𝗀𝖾𝗋𝗌 𝖾s 𝗎𝗇 𝗆𝗂𝗅𝗅𝗈𝗇𝖺𝗋𝗂𝗈 𝖽𝗎𝖾𝗇̃...