SIETE

848 80 3
                                    

—¿Convertirme? —interrogó el rubio.

Aunque ella aún no estaba del todo informada del plan de Celeste, confiaba en que ella supiera idear algo que sirviera.

—Solo así podrás vencer a Alexi.

—Entonces lo haré. No te dejaré con él y tampoco a nuestro hijo.

Le di un beso corto como agradecimiento.

—Steve, debo irme.

—¿Cuándo volverás?

—Vendré por las mañanas, cuando Alexi me deje sola en casa. Antes de convertirte tienes que saber muchas cosas sobre los vampiros.

Se besaron con intensidad, conscientes de lo que vendría después. El rubio no quería ni pensar en que el vampiro querría tocar a su mujer. La pelirroja lo dejó pensativo. Su vida misma había dado un giro que ni en sus más locos sueños hubiera imaginado.

::::

No imaginó lo difícil que sería volver a acomodar sus cosas en la casa de Alexi. Se sentía llena de sentimientos malos hacia ese hombre por todo lo que le hizo. La apartó del amor de su vida y a su hijo de su padre.

Tocó su vientre mientras apretaba entre sus dedos un portarretrato donde estaba su foto con el vampiro que odiaba. Se veían tan felices en la fotografía. Felicidad falsa, pensó.

Cerró los ojos por unos segundos. Le encantaría poder volver a dormir. O por lo menos entrar en un trance entre la realidad y la fantasía. Dobló la ropa que faltaba y las acomodó como habían estado antes.

—Todo quedó como antes —avisó Celeste entrando a la habitación.

—¿Qué haremos ahora?

—Actuar como si nada hubiera pasado.

—No será tan fácil. Apenas tolero la idea de que me vuelva a besar. Sé que voy a sentir asco.

—Debes dar tu mejor esfuerzo. Ya sé, vamos a ver una película mientras llega.

Natasha sonrió por el intento de su amiga. Sabía que el vacío que antes sentía se había llenado al recuperar la memoria, pero ahora se sentía desdichada por tener que fingir que amaba a alguien que detestaba.

—Celeste... Alexi debió hacerte cosas muy malas como para que desarrollaras la conexión de amantes.

La pelirroja dio un respingo. Si bien su pasado era un libro abierto, las imágenes que solían rondar su cabeza no lo eran.

—Un vampiro puede tener una conexión con una mujer a la vez. Es por eso que tú no lo tienes. Esto comienza después de que a pareja comparta más de una vez la cama, por voluntad claro.

Natasha se extrañó un poco.

—¿Eso quiere decir que tú...?

—No fue por voluntad. Después de tantas violaciones más que conformarme, me resigné.

—Lo lamento.

—Descuida. Pero no nos pongamos nostálgicas, mejor vamos a ver una película y empezamos a bordar zapatitos para el bebé.

—Vamos...

:::

Steve sentía que podía respirar con más ligereza. Se vistió y fue directo a la mansión de sus padres. Su buen humor le sobrepasaba y no podía evitar sonreír. Natasha, la razón de su vida, estaba viva y esperaba un hijo suyo.

No tardó mucho en estacionar su auto en la cochera de la mansión. Se bajó del mismo y fue directo a tocar la puerta. El ama de llaves le abrió sorprendida.

Por Ella | Romanogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora