CARTA DE LOS DESQUICIADOS

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No tenía noción del daño que te había causado, aunque yo sólo estaba pensando en lo quería no pude pensar una sola vez en lo que tú querías, en lo que tú necesitabas.

Eres tan noble y tan amable que me perdonaste y aún más, me pediste que dejara de preocuparme pero yo no estaba preocupada, yo tenía miedo de quedarme sin compañía a las 2:00 de la mañana.

Yo sabía que mi inestabilidad y la tuya iban a terminar derrumbando las disculpas que te pedí ese día, pero como quisiera no ser tan irresponsable e inmadura, que si no fuera por mí, tú estarías feliz ahora, yendo por donas con tu mejor amiga, la real no yo.

Algunos días pasaron, me dijiste tantas cosas que estoy segura que con lágrimas en los ojos detrás de la pantalla, pero yo simplemente no retrocedía, no sentía pena.
Me dijiste que iba a ser difícil superarme, pero yo no quería que me dejaras.