Élite One-Shots

«Rebeka»

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La música retumbaba en las paredes de toda la casa. Incluso sin entrar se sentía el bajo en el suelo. Rebeka realmente sabía cómo montar una fiesta.

Revisé mi vestido una última vez antes de cruzar la puerta.
Obtuve miradas de varios chicos desde que entré, pero no era de quienes buscaba aprobación en realidad. Me acerqué a una de las mesas en las que estaban las botellas de alcohol y me serví un poco de algo que ni siquiera supe qué era.

Vi varias caras conocidas, pero decidí acercarme a Samuel.
"¿Por qué estás tan solo, Samu?" Le pregunté.

Me miró y bebió un poco de su vaso antes de responder. "Estaba con Rebe, pero ella fue al baño creo."

Asentí y le sonreí. "Vale, sigue divirtiéndote. Yo iré a ver qué me consigo para esta noche." Reí y él me guiñó un ojo deseándome suerte.

Seguí caminando por la casa y bailando de vez en cuando. Rellené mi vaso en varias ocasiones. Después de un par de canciones y algunos vasos de alcohol en mi sistema me entraron ganas de hacer pipí. No conocía muy bien la casa así que tenía que abrir puertas al azar.

Ví muchas puertas y fuí abriendo una por una. En una de ellas encontré una habitación que supuse que no era de su madre. Era impropio de mi parte entrar pero no pude con la tentación, así que lo hice. Olía demasiado a ella.

"¿Qué haces en mi habitación?" Escuché a mis espaldas.

Me giré y la vi. Se veía tan hermosa.
"Estaba buscando el baño, pero creo que me equivoqué." La miré inocentemente.

"Bueno, ya te has dado cuenta que aquí no es. Ahora puedes irte." Señaló la puerta.

"Vale, vale." Alcé las manos. Caminé hacia la salida, pero antes de irme me paré frente a ella.
"¿Por qué sigues actuando como si me odiaras, Rebe?" Me acerqué más a ella. "¿O es que acaso te da miedo aceptar que te gusta una chica?" La reté.

"Yo no le tengo miedo a nada, colegui." Negó con la cabeza. "Tanta suerte no tienes de gustarme, eh."

Asentí con una sonrisa de lado. "Claro." Dije antes de jalar el cuello de su blusa y atrayendo sus labios a los míos. Me separé después de varios segundos. "¿A caso ya has olvidado lo que pasó en la discoteca, o en la fiesta de Halloween?" Le sonreí. "Puedes engañar a quién quieras, Rebeka. Pero a mí no. Sólo quiero que llegue el día en que no tengamos que fingir frente a los demás que no pasa nada."

Me miró seria. "Aún no me siento lista para salir del armario, ¿sabes lo que te digo? Que no es fácil."

Palmeé su hombro. "Cuando te sientas segura de enfrentar tus miedos..."

"Que no son miedos, tía." Me interrumpió con frustración.

Pusé mi dedo sobre sus labios para callarla. "... aquí estaré para ayudarte." Le sonreí y le dí un beso corto.

Cuando me separé ella me atrajo de nuevo, esta vez en un beso más largo, que terminó cuando ella se alejó.

"Tal vez sí sienta un poco de miedo, en que pierdas el interés por mí por actuar tan borde contigo frente a la gente." Admitió.

"Eso es imposible, cari." Sonreí. "Chau." Alcé mi vaso, y después salí de la habitación en busca del verdadero baño.