«Polo»

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Sequé mis lágrimas por milésima vez en la noche. Mi maquillaje estaba corrido por mis mejillas de tanto llorar. Estaba sentada en uno de los sillones de la discoteca mientras escuchaba cómo todos armaban el plan para salvar a Lucrecia.

Miré con el ceño fruncido cómo se pasaban uno por uno la botella rota. Aquella botella que me había arrebatado a mi novio. Cayetana me extendió la botella y yo negué con la cabeza.

"No." Mi respuesta atrajo miradas confusas.

"¿Quieres que Lu vaya a la cárcel?" Preguntó Valerio.

Guardé silencio un momento. Dirigí mi mirada a Guzmán. "Polo mata a Marina y todos están en su contra, le hacen la vida imposible y lo odian hasta su último momento de vida." Todos bajaron la mirada hacia el piso. "Lucrecia mató a Polo, ¿y todos están dispuestos a ayudarla?" Miré a cada uno de ellos.

"¿Vas a testiguar en mi contra?" Preguntó Lucrecia comenzando a llorar de nuevo.

"No diré quién fue," me levanté de mi asiento. "Pero tampoco ayudaré a incubrirte."

Mientras me alejaba de todos Rebeka me alcanzó. "Oye, sabes que somos amigas y el poner mis huellas en la botella no es nada personal, eh."

Asentí sin escucharla realmente. Mi mirada estaba perdida en el cuerpo de Polo, mi mente y mi cuerpo no reaccionaban. Trataba de procesar lo que había sucedido tan abruptamente.

"Mañana voy a entregarme a la policía."

Lo miré sorprendida. "No digas eso. Ya nos graduamos y nos iremos a la universidad juntos, ¿recuerdas?" Le sonreí. "Comenzaremos desde cero, tú y yo." Tomé sus mejillas y le di un beso.

Se separó. "No. Debo pagar por lo que hice." Sus ojos se miraban fríos.

"Hemos trabajado duro para que no te pase nada. Estamos tan cerca de librarnos completamente." Mis ojos se llenaron de lágrimas.

"Lo siento." Susurró.

En lugar de responderle le di una bofetada que atrajo la atención de todos alrededor. "Entonces no esperes ni una visita mía en la cárcel."

Sin darme cuenta había comenzado a llorar de nuevo mientras recordaba nuestra pelea. Me arrepentía demasiado de que su última conversación conmigo haya sido de esa forma.

Rebeka palmeó mi hombro. "Ya, tranquila. ¿Por qué no vas a despedirte de él?"

"Sí." Respondí. Me acerqué pero dos oficiales me detuvieron.

"No pueden acercarce a la escena." Dijo uno de ellos.

"Sólo va a tomar un minuto. La viuda va a despedirse del difunto, ¿vale?" Le contestó Rebeka.

Lo pensaron un poco. "Está bien. Pero sólo un minuto."

Asentí y caminé hacia su cuerpo. Cuando estuve a su lado me puse de rodillas junto a él.
"Polo..." comencé a llorar de nuevo. "Haría todo lo posible porque esas no hubieran sido mis últimas palabras hacia tí." Le tomé la mano, que ya estaba fría a comparación del calor que siempre brindaba. "Y siempre me arrepentiré de decir que te odiaba." Lloré más fuerte. "Yo siempre te quise, te amé muchísimo, nunca podría odiarte." Besé su mano.

"Señorita, debe retirarse." Escuché a uno de los oficiales.

"Sólo espero que nos veamos de nuevo." Me acerqué y le di nuestro último beso, sin importarme que mis labios se mancharan de sangre.

Me levanté y me acerqué a Rebeka otra vez. Le agradecí a los señores y nos alejamos.
"¿Estás mejor?" Me preguntó ella secando mis lágrimas.

Asentí. "Vamos a confesar."

La verdad ya no me acuerdo de los diálogos reales de esta escena así que no son iguales a los de la serie c:

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