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—Buenos días.

Mis manos respondieron tensandose en la mesa y ni siquiera fui capar a darme la vuelta, a mirarte, porque por mucho que hubiera vuelto nunca terminaría de olvidar aquella noche.

—Buenos días... — susurré, retirando mis manos de la mesa y sentandome en mi sitio, ignorando totalmente el hecho de que pudiera estar mirando mi uniforme del trabajo —Tengo algo que decirte.

Mi mirada subió hacia la tuya y traté de soltarlo lo más rápido posible pero aún así no fui capaz durante minutos.

—He decidido que voy a dejar de trabajar — hice un silencio de cuestión de segundos para poder recomponer mi mente y suspiré— para dedicarme a mi familia todo lo posible— las palanras salieron entre suspiros de mis labios y de una forma algo dentro de mi se rompió, porque amaba mi trabajo.

—¿Por fin has recapacitado? — aunque solamente inclinaste la cabeza parecías satisfecho y eso me alivió, necesitaba tranquilidad para poder sostener mi cabeza —Estoy orgulloso de ti, Lisa.

Estabas orgulloso de mí. ¿Hacía cuanto que no me decías eso? Más tiempo del que puedo recordar, pero de alguna forma me hizo feliz, y mis pensamientos se desordenaron. Te quería tanto...que me estaba destrozando.

—¿Puedo pedirte una cosa? — pareciste intrigado e inclinaste tu cabeza, pensando lo peor pero no podía dejar que pensaras eso.

—Dime, ¿qué es?

—Necesito volver a la compañía... —te sentaste otra vez hacia atrás en la silla y suspiraste, pero simplemente negué— quiero recoger mis cosas, entregar la carta en dirección, quiero hacerlo yo, Jungkook. — hice un pequeño silencio y te miré— por favor.

Esta vez asentiste y parece que no tuve que insistir más, por lo que comencé a agradecerte y sin ningún aviso me levanté para prepararme e ir a la compañía contigo.

Con suerte todo acabaría pronto.

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—¡Lisa! ¡Dios estaba tan preocupada! ¿Por qué volviste ayer?

Nada más llegar Jennie estana allí, esperando y parecía que le gustaba madrugar, pero a mi no me había gustado que me recordara lo de ayer. Simplemente odiaba pensar que habias intentado prohibirme estar con mi hija, me rompía el corazón.

—Quería recuperar a mi hija, y aunque no lo parezca a Jungkook también... — comenté, sentandome en una de las sillas dela sala.

—Lisa, no puedes hacerte esto, Jungkook no te ama.

—¡Mentira! Me lo dijo, me pidió perdón, lo creo de verdad... — repliqué, Jisoo y Rosé se sentaron nada más entrar a nuestro lado y traté de respirar.

—Siempre que lo dice lo incumple, Lisa...y lo sabes— mis manos se juntan y bajo mi cabeza. No podían tener razón, por mucho habíamos pasado los dos juntos como para que no me amaras, ¿verdad?

—¡Callate! ¡No sabes nada!

La histéria llegó a mi y me abracé a mi misma, ¿por qué tenía que gritarle? ¿Por qué tenía ella que decir esas mentiras?

—¿Por qué le defiendes, Lisa? ¿Por qué no puedes ver que no está bien?

No, me negaba a poder conspirar contra ti, a pensar que tal vez no me amabas y que todo esto era culpa tuya.

—Le quiero, es mi marido, no puedo — una lágrima cayó por mi mejilla y la limpié al instante, levantandome.

—No estás bien, Lisa, deja que te ayudemos, podemos denunciar.

11:11 [LISKOOK] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora