epílogo

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Me había arrodillado solo para poder observarte, ahora me sentía más tranquila en tu presencia, porque sabía que te estabas yendo.
No es justo. Te pedí que no lo hicieras, que no te acercaras pero tú querías hacerlo, querías tocarme, probablemente solo cogerme la mano, pero era algo que no podía soportar y no quería que hicieras ni una vez más.
Aquella habitación comenzaba a teñirse de rojo y solamente tenía ojos para tí por última vez. Probablemente iría a la cárcel, puede que tratara de escapar, puede que me escondiera, pero tú siempre seguirías en mi hombro con tus susurros, tus críticas.

Ahora el nivel del agua había subido tanto que me ahogaba yo sola, trataba de respirar pero no podía, un sentimiento realmente aterrador.
Mis manos por fin fueron capaces de soltar las tijeras y dejar que cayeran en el suelo. Ahora se habían teñido de rojo.

No puedo creer que este fuera a ser el final, que tus ojos dejaran de vivir y tu corazón de bombear sangre, en el suelo de la que una vez fue nuestra habitación y sintiendome culpable por ello.

No me habías dejado otra opción, pero mis manos se mancharon una vez más tratando de mover tu cuerpo para poder verte más de cerca una vez más.

—No puedes morirte.

Los susurros retumbaban en mi cabeza, sí, puede que hubiera sido yo la culpable, pero no debería haber sido así. Solo tenías que haberte apartado.

—No puedes hacerlo y menos así, tienes que seguir ahí...

Mi cabeza se gira y yo suspiro. ¿Qué iba a hacer ahora? Mi cuerpo se encogió y abracé mis brazos contra las rodillas que aplastaban mi pecho.
Podía haber sido un mejor esposo, un mejor amante y un mejor padre. Y yo podría haber sido mejor persona.

Tenía que funcionar, ¿verdad? Debía hacerlo pero ahora ya no puedo hacer nada para arreglarlo, solo soy yo, sin Jeon Jungkook, sin tí, solo Lalisa y ahora "la pobre viuda que cuida a su hija".
¿Pero quien va a cuidar de mi?

Escondo mi cara entre los brazos y noto la casi seca sangre llegar a mis mejillas, no, nunca tuviste razón, no estaba loca y no tenía intención de estarlo, pero tú habías conseguido que mi cabeza diera vueltas y vueltas hasta lograr marearme, hasta hacer que perdiera el norte por completo.
Cuando me pregunto por qué me impediste saltar ese día no soy capaz de entenderlo, ni siquiera me querías pero ahora eres tú el que se va.

Puede que después de todo ninguno supiera vivir sin el otro.




                             The End

11:11 [LISKOOK] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora