✨𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟽✨

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MALENA: UN FIN DE SEMANA DE AMIGOS (parte 2)
"CÓMO NOS MIRAMOS"

Camino empapada hacia el interior de la casa, en busca de una toalla para secarme, al no ver ninguna cerca de la pileta.

Antes de entrar en la casa, me volteo a ver a Mateo, quién sale de la pileta y se sacude el pelo como un perro. Sonrío al verlo, y me giro para finalmente entrar.

— Chs, chs, chs... Hasta ahí porque vas a mojar el piso —chista Agos para llamar mi atención y que no pase, al ver que estoy escurriendo agua.

— ¿Qué te pasó? —exclama Lucía desde atrás de la isla al verme, y todas las miradas se giran hacia mí, curiosas.

Los chicos comen la picada sentados al rededor de la isla, y Cazzu suelta lo que está haciendo, para acercarse a mí con un par de toallas en las manos.

— Mateo me tiró al agua —ruedo los ojos riendo—. Gracias, Juli —le agradezco con una sonrisa cuando me cubre con una toalla para ayudar a secarme.

— Sí, los ví desde la ventana de la cocina —me dice ella en voz baja, con un tono juguetón y de complicidad, y yo me ruborizo al saber que nos vió besándonos.

Con otra toalla ella me escurre el pelo mientras yo me seco un poco la piel y me saco el short empapado.

— Son más lindos... —comenta con ternura—. No sabía que eran novios... Me tendría que haber dado cuanta por cómo se miraban... —dice y yo abro los ojos como platos.

— No, no. No somos novios —aclaro nerviosa deteniendo sus palabras.

— ¿Quiénes no son novios? —dice Mateo entrando en la casa, apareciendo atrás mío y me asusto.

— Nadie —contesto rápido, riendo nerviosa.

— ¡Mateo, me vas a mojar el piso! —lo reta Agos también a él, y el morocho rueda los ojos.

— Perdón mamá... —ironiza Mateo—. Manu dice que traigamos todo, que ya está el asado —comenta avisando a todos dentro de la casa.

No tardamos en hacer equipo para llevar los platos, cubiertos, vasos y bebidas. También la picada, la variedad de salsas para condimentar, las ensaladas frías y de papa, que hicieron Agos y Juli.

Con el asado listo, el aroma de la carne a la parrilla se mezcla en el aire con el sonido de risas, la música y las conversaciones, creando un ambiente familiar y acogedor.

La larga mesa de madera pronto se llena con la comida, y todos nos sentamos al rededor para almorzar. Manu nos espera con una bandeja con choripanes que, al igual que la picada, son las primaras en terminarse.

— Está buenísimo chicos... —se escuchan los elogios a los que hicieron la comida.

— ¡Un aplauso para los cocineros! —grito, y los festejos de todos se hacen presentes mientras Manu, Agos y Juli hacen una especie de reverencia.

— Por un buen fin de semana, y por una buena fiesta —dice Mateo alzando su vaso en mano, y todos brindamos para arrancar a comer.

Salen bandejas con carne, y las ensaladas empiezan a pasar de mano en mano, igual que un viajero con Fernet que compartimos entre todos.

No soy capaz de vivir sin vosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora