Capítulo 22

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Lauren POV

La cena estuvo deliciosa, hoy comimos pizza. Extrañaba la pizza. Sí, soy adicta.

- Creí que ya no fumabas.- Camila encendió aquel cigarro.

- jamás dejé de hacerlo, sólo que estábamos rodeadas de líderes y no pude.- Vinimos a la casita de luz, ella prefirió hablar aquí porque nadie nos interrumpiría.

- De acuerdo.- Suspiré.- Sinceramente pensé en que... fuera del campamento no seré un mejor partido para tí, Camz.- Ella no me miraba, sólo fumaba pitada tras pitada. Movía la pierna como si estuviese nerviosa.- Mis padres, ellos jamás aceptarán esto y yo...

- Lauren.- Interrumpió totalmente con la voz pesada.- No puedes dejar que tus padres manejen tu vida. Debes revelarte frente a ellos, así como lo hiciste con kristen.

- Pero no estaba sola, Camz. Estabas tú y las chicas. Afuera no tengo a nadie... está bien, Ally. Pero no veo seguido a Ally, mis padres no aprueban mi amistad con Ally.

- Y a ellos, ¿Qué demonios les importa tu amistad con Ally?.- Dijo con total impotencia.- Lauren, es hora de que pienses cómo hacerles entender que no pueden manejarte como quieren. No eres una maldita niña, es que, no entiendo cómo es que no puedes...

- No los conoces.- Ella me miró, dolida. Sus ojos humedecidos me hicieron sentir una completa imbécil. Encendió otro cigarro. Y me miró.

- Al parecer jamás los conoceré.- Tragó aquel humo y se secó las lágrimas.- Realmente esperé una respuesta positiva. Hoy estabas radiante, supuse que, porque fuera de aquí, nos seguiríamos viendo. Pero...- Cada vez el volumen de su voz se perdía.- ahora me dices esto y ya no sé qué hacer ni qué pensar.

El silencio invadió. Ella no para de largar humo.

- Camz.- Intenté tocar su pierna pero ella se alejó.- Mírame.- Negó. Suspiré.

- Pensé que estábamos bien, Lauren. Sólo... pensé, pensé y pensé. Soy una idiota.- Empezó a llorar y juro que no puedo creer que haya logrado eso.

Me siento muy mal, me siento débil, siento culpa, siento enojo conmigo misma.

- No puedo prometerte nada de lo que no estoy segura, Camz.- Ella comenzó a llorar de nuevo. Mis ojos se humedecen, me duele verla así por mi culpa.

- Creo que...- Comenzó a decir mientras mientras trataba de mantener su postura.- quiero estar sola.

- Pero Camz.- Me acerqué sin dejarle espacio alguno. Ella se puso de pie, inmediatamente.- No estemos así, podemos llegar a algún arreglo, no quiero verte a lo lejos.- Esto me desesperaba. Me puse de pie pero ella no me miraba.

- Lauren, ya hablaste. No tengo oportunidad fuera de aquí y eso me duele. Ni siquiera tienes intención de intentarlo. Entonces, esto mucho no te importa.- Se alejó.

- ¡Camila, no te vayas!.- No, no puede estar pasando. La perdí.

Soy una idiota. Odio tener tanto miedo, me odio.

No puedo evitar llorar en este momento.

- Eres una idiota, Lauren.- Dije en voz alta.- Una... completa... idiota.

Lloro abrazando mis piernas con la mirada perdida en aquel lago.
No puedo dejar esto así, tengo que hacer algo ya.

Camila POV

Es mi culpa. Mi culpa por hacerme idea de algo que, al final, jamás se va a dar.

Lauren aún es una estúpida niña, una muy cobarde.

- ¿Camila?.- Mierda, la enfermera. Sequé mis lágrimas rápidamente.

- Lo siento, ya estoy yendo hacia mi cabaña, por favor no diga nada.- Rodríguez se acercó.

- Tranquila, Cabello. No diré nada.- Rió suave.- ¿Qué haces por aquí?, es tarde.- Dijo seria.

- Sólo estaba caminando.

- Y llorando, por lo visto. ¿Te sientes bien?, ¿necesitas hablar?.

- Estoy bien, pero gracias.- Un momento...- ¿Tú?, ¿qué haces aquí?.

- Paseando.- Rió.- Yo puedo hacerlo... Pero no tú. ¿Estabas sola o con alguien más?.- Dijo mirando alrededor.

- Sola.- Respondí velozmente. No quiero preguntas.

- En ese caso, te acompaño hasta tu cabaña.

- No hace falta, enserio.- Di mi más falsa sonrisa y comencé a caminar.

- No fue una pregunta, Cabello.- Dijo poniéndose a la par. Asentí.

- ¿Puedo hacerle una pregunta?.- Ella sonrió.

- Puedes decirme Angie. Claro que puedes.- Paré en seco.

- ¿Alguna vez te enamoraste?.- Me miró extrañada.

- Bueno, creo que sí. ¿Por qué la pregunta?.

- ¿Te rompieron el corazón?.- Ella asintió.

- ¿Cómo lograste seguir adelante?.

- Ven, siéntate.- Nos sentamos frente al lago.- ¿Cuántos años crees que tengo?.

- Mm, no lo sé, ¿Veincinco?.- Ella frunció el ceño.

- Mierda. Debo verme muy mal. Tengo  veintiuno.- Abrí los ojos hasta más no poder.

- Dime que es una broma, Angie. Pero sólo nos llevamos cuatro años.

- Así parece. Comencé a estudiar enfermería a tu edad y bueno, aquí me ves. Durante ese corto tiempo, conocí a alguien.- Comenzó a decir- Digamos que era alguien que tenía muchos problemas. Problemas de autoestima, problemas interfamiliares, etc. Pero yo sólo pude apreciar su forma de ver las cosas y su belleza. Era un ser totalmente admirable pero cada persona tiene un defecto. Su defecto es que temía por el qué dirán y eso llevó a pasar muy malos ratos. No eramos libres de hacer lo que queríamos porque temía que alguien nos viera. Yo ya estaba completamente entregada y enamorada, hacía todo por esa persona pero a veces, eso no alcanzaba. Me di cuenta, que era una lucha interna de ella.- ¿Ella?.- y yo no podía hacer nada por más que quisiera. Me rompió el corazón ver que no era tan importante como creía ser. Pero ahora que lo pienso, yo lo ví de esa forma. No es que no era importante, ella tenía tantos problemas que no era feliz y por más que yo le diera todo el soporte del mundo, no servía. Fui cruel. Tenía que haberme puesto en su lugar para poder apoyarla, al menos, siendo pareja, amiga o aunque sea alguien lejana. Pero es que, yo también quería recibir un cariño de su parte.

- Vaya. No lo había visto de esa forma.

- ¿De qué hablas?.- Negué rápidamente  con la cabeza.

- Nada. Espera... ¿Ella?- Dije con una pizca de picardía. Eso hizo reír a Angie.

- Sí. Y te lo conté porque no eres homofóbica.

- ¿Por qué lo dice?.

- Bueno... recuerdo haberte encontrado en una situación bastante particular en tu cabaña con una muchacha.- Es cierto.

- Ah, ella. Entendió mal, sólo fue un mal entendido. Ya somos amigas.

- Bien, eso espero.- Dijo poniendose de pie y estirando su mano. La agarré.

- ¿Eso espera?.- Sonreí.

- Camz.- Dijo Lauren saliendo de la oscuridad. Estaba muy seria.

Jamás la vi tan seria.

No es cualquier campamentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora