Podría quedarme así todo el día...
Callate, Leila.
-Christian!!!-Grito una voz aguda, pero no tanto.
Christian volteeo y había una muchacha de mi misma estatura, con cabello rubio natural, ojos grandes y azules, con unas gafas de hipster, es hipster a decir verdad.
-Eve-Dejo de bailar, para despues llevarme a mi silla.-Ya vuelvo,
Lindana, espera un momento.Asentí con la cabeza. Me quede en mi lugar mientras el hablaba con la chica, llamada Eve al parecer.
La saludo con un beso en la mejilla y ella le sonrío, se veía...Como una perra...No!! Adorable. Leila, pero ella es una perra. Ella es linda, se ve de buen aspecto mientras le hace un pequeño puchero a Christian.-¿Todo bien, querida?-Dijo Ingrid por un lado de mi con dos batidos de vainilla en una bandeja, y tenian hojas de menta ensima, junto con unas margaritas.
-Si, Ingrid- Dije mirando a Christian y a Eve reir juntos. Es una puta.-Todo esta perfecto.
Voltee a verla.
-Bueno, te traje esto para ti y para Christian-Me tendio la bandeja y yo la tome y la deje en la mesa-¿Estas segura de que estas bien, Leila?
-Si, Ingrid, esta bien-Voltee a verla con una sonrisita en la cara-Gracias, oh tambien por las Margaritas, son mis favoritas.
-Oh, cariño no tienes nada que agradecer, Christian hace esto por ti.
Hay que lindo!!, asco.
Voltee a ver a Christian, riendo con la pequeña y tierna.. Perra.. muchacha. Volteo a verme Christian con una media sonrisa en los labios, sin querer le devolví la sonrisa, sacando mis dientes.
Delicioso. Crepas.
Estaba con Christian desayunando. Eve no quiso acercarse a saludar.
-¿Porque Eve no se acerco a saludar?-Pregunte con la cabeza agachada a mi desayuno. Voltee a verlo.
-Es muy timida. Le pareciste linda.
Voltee mi mirada para abajo, hacia mi plato.
-Las crepas son deliciosas-Dije con la boca llena-Si es un buen lugar.
-Te dije. Mi tía es la mejor repostera del mundo.
-Cariño, fue un gusto conocerte. Espero volver a verte por aqui.
-Igualmente, Ingrid, tus crepas son deliciosa, espero que tengas exito con tu proximo libro-Dije dedicandole una sonrisa.
Ella me devolvio y abrazo a Christian.
-Y espero que tú la traigas mas seguido.
-Si Tia lo hare.
Me abrío la puerta de el conductor y me dio las llaves.
-Tu conduce.
Sonreí y me subi con el ramo de margaritas en la mano. Las deje en mi mochila, en el libro de Buscando a Alaska y le abrí la puerta a Christian, se subio y arranque el auto.
-¿A donde vamos?-Pregunte mientras conducía.
-A donde tu quieras, Lindana.
No sabía a donde ir así que maneje a mi casa. Eso Leila llevalo y pon furioso a tu padre.
Llegamos a mi casa, abrí mi puerta y baje, el ya estaba esperandome, me acerque y lo tome de la mano, volteo a verme y sonrío, yo le devolví una media sonrisa.
