Sexo con mi Profesor

Capítulo 12

NOTA: Este capítulo será el más largo, disculpen por no actualizar seguido, este capítulo será como mi disculpa, espero les guste.

ᕕ( ՞ ᗜ ՞ )ᕗ

Bajé detrás de mi madre, y visualicé ya a la mitad de profesores aquí, saludé a todos y también a la maldita de Carla porqué mamá estaba al lado.

—Hija quédate en la puerta recibiendo a los profesores; Clara, Benito, Gianella y Louisa están ocupados en la cocina— dice mi madre.

—Ok, no te preocupes— digo.

Vivo en Texas "Un clima agrio y seco", como muchos dicen; mi madre compró esta casa cuando tenía 13 años, antes de la ruptura de mis padres vivíamos en San Diego, hasta que mi madre quiso dejar todo como olvidado, decidió que deberíamos mudarnos aquí, justo  aprovechando que mi abuelo dejó a a cargo para el próximo año su preparatoria a mi mamá, vivo 5 años aquí en Texas, ya me acostumbré demasiado, ni bien llegué aquí conocí a la primera persona, mi vecino, que años después fue mi novio.

1 hora después

—Hija ya entra, vamos a cenar— dice mi madre.

—Yap— digo entrando al comedor y viendo a puros vejetes sentados y los únicos asientos desocupados son al lado del profesor Mitchell, que no parará de hablar de su vida, y al lado de la bruja. Decido sentarme junto al profesor Mitchell.

—Ohhh querida Elizabeth, este año es el último para ti, debes estar apenada— dice Mitchell.

Si solo supiera la felicidad que tengo.

—Sí, mucho— digo fingiendo estar apenada.

—Todavia recuerdo mi último año en la pre, te lo contaré querida— dice emocionado.

¡No! Ayudame Dios.

Mientras el profesor Mitchell habla, veo a todos y noto que falta la única razón de mi estrés, ¿Donde demonios está el Adonis?.

—Parece que el profesor Brown no llegará— dice Teresa.

Oyo el chasqueo de lengua de Carla.

—Que irresponsable de su parte no asistir— dice Mitchell.

Tengo que safarme del profesor Mitchell, que no para de hablar, alguien salveme por favor.

Suena el timbre

—¿Quién será?— dice mi mamá emocionada y parandose de su silla.

—Yo voy maa— digo aliviada y parandome de mi silla.

Me voy derechito a la puerta, y dar gracias a quién quiera que esté detrás.

Al abrirlo me encuentro con la persona que hace que mi corazón estalle al verlo. Está súper sexy con esa camisa blanca enrollada hasta los codos y su pantalón jean apretado, parece que no se dió cuenta que estoy aquí, así que aprovecho en mirarlo, luego voltea rápido y queda perplejo al mirarme.

Luego de unos minutos reacciono.

—Ammm hola— digo moviendo mi mano delante se su cara para llamar su atención.

—Ohh hola, lo siento es que estoy distraído— dice rascandose la nuca.

—Hola profesor, pase bienvenido— digo tímida.

—Gracias... Ammm— dice nervioso.

No manches me va a decir que estoy bonita, me muerooo, ayuda Dios. Es súper lindo cuando está nervioso

—Ese vestido está bonito— dice entrando y pasando de mí.

Espera que acaba de pasar, acabo de ser invisible para él, mínimo un estás linda, pero no, se refirió al pinche vestido.

Entro al comedor detrás de él.

—Buenas noches— dice Christopher dándole su mano a mi mamá.

—Hola querido, pensábamos que no vendrias— dice mientras yo me dirijo a mi asiento.

—Disculpenme todos, tuve un percance— dice

—No se preocupe, tome asiento, justo iban a traer la cena— dice mi mamá

Carla se para

—Profesor siéntese aquí— dice Carla mostrándole el asiento al lado suyo.

—Bueno es el único que tengo libre— dice Christopher sonriendo y yendo al lado de Carla.

Me reí

—Más estúpida no puede ser, es el único asiento que sobra— digo riendo, y dándome cuenta que lo dije en voz alta.

Todos voltearon a verme, Carla estaba hecha furia, mamá estaba arrugadando su ceño fruncido dándome a entender que cuando se vayan todos será mi muerte, mientras que Christopher no paraba de verme impactado y con el gesto de sus labios hecho "O", seguro no se imaginaba que era así, que vergüenza y luego su gesto de sorprendido cambió a una sonrisa de lado, algo está tramando y eso me da miedo. Ya me sentía incómoda con la mirada de todos en mí, ni siquiera con la presencia de Clara, nuestra empleada que trajo la comida, despegaban sus ojos, hasta que mi salvador vino.

—Huele riquísimo, a comer señores, que me muero de hambre— dice.

Todos empezaron a comer

Lo amo profesor Mitchell, le prometo que escucharé sus historias sobre la abuelita, el pajarito de la abuelita. Usted acaba de ser mi héroe.

•••

1 hora después pareciera que todos olvidaron el incidente, claro porque todos están borrachos; Mitchell está hablando con el cerdo de la mesa, Teresa está que se ríe como loca como si hubiera un chiste cuando no la hay, Mamá está que habla con Freddy, lo que es algo inusual, Carla... Bueno ella sigue la misma está que coquetea a Christopher, y él es el único conciente creo yo, me lo quedé mirando por unos segundos hasta que volteó y me miró.

Me sentía vulnerable con él, parecían unos minutos eternos, así que rompí esa sincronización de miradas.

—Voy al baño— digo.

Ignorada

Me lavé la cara, y no paraba de repetirme.

—Maldita sea que me pasa, es mi profesor y punto— digo jadeando.

—Ya tranquila mujer, es normal que tus hormonas se alteren y esa wea, también que recuerdes lo de la vez pasada, fue antes de ser tu profesor así que tranquila— dice.

—Tienes razón, pero ahora me siento atraída por él Jime o no sé— digo.

—Bueno, olvida esos pensamientos impuros— dice.

—¡Sí! Ya no pensaré en él— digo.

—Bueno, pero hasta ahora no tienes esos pensamientos, así que arrechale con ellos— dice.

—¡Largo! Maldita pervertida— digo.

Abro la puerta y salgo, bueno eso intentaba hacer hasta chocar con un pecho fuerte que me rompió el tabique creo.

—¿Qué haces aquí?— digo alejándome de él y sobandome la nariz.

—¿Estas bien? No era mi intención golpearte, ni nada— dice agarrando mi mentón haciendo que lo mire— me vuelves loco— dice acariciando mi mejilla.

—¿Qué?— digo.

—Qué me vuelves loco joder— dice.

—¿Estás bi—

No terminé de hablar, porque mis labios se estamparon con los suyos.