Sexo con mi Profesor

Capítulo 14

❁Maratón 1/3

⋆ ˚｡⋆୨୧˚Christopher˚୨୧⋆｡˚ ⋆

Fueron unos minutos eternos, mi nana no respondia y yo me sentia impaciente ¿Qué pensará ahora de mí? solo se limitó a tocar mi rostro y sonreír.

—Mi niño se ha puesto muy guapo— se detuvo— ¿te gusta?— dice.

—Sí— digo emocionado— bueno no lo sé, es algo raro, no la conocí cuando era mí alumna, pero esa niña me fascina con solo verla— digo enamorado.

—Mi niño con solo ver tus ojos brillando puedo saber que te gusta la pequeña, pero por ahora que ese gusto sea solo para tí, puede que ella no te vea como tú la ves a ella, así que es imprescindible lo que pueda pasar, pero si llegase el momento en el que ambos se gusten, cuenta conmigo para todo— dice sonriendo.

—Gracias nana, te amo— digo abrazandola.

—Por ahora conocela más, pero del modo profesor, y refierete a ella como lo que es para ti; tu alumna, haz lo posible para que no se incómode— dice correspondiendo mi abrazo.

—Verla como alumna se me hará-

—Parece que ando sobrando aquí— dice interrumpiendo lo que iba a decir y entrando al comedor.

Suelto el abrazo

—Parece que te ves sano y coleando, ¿Ahora qué tienes? O mejor dicho ¿Qué quieres?— digo impaciente.

Mi papá le hace una seña a mi nana para que se retire y lo hace.

—Relájate Christopher, quería que vengas aquí, porqué hace dos años no te veo en casa y esta forma era la única manera de que vinieras a mí encuentro— dice.

Es raro saber que mi papá note mi ausencia, me hace felíz de algún modo.

—Stella pregunta por tí, ella se preocupa mucho niño tonto— dice.

Pudrete

—Primero esa no es mi casa, y es la quinta vez que me engañas, pero claro las anteriores era porque tus "hijas" consentidas querían pasar tiempo conmigo y segundo ¿Stella?— me río y lo digo irónicamente— Ella es la reina de la dramatización, preocuparse por ¿mi? nunca— digo.

Me da una cachetada

—Malcriado insolente, cuántas veces debo repetirte que debes respetarla, es tu madre de ahora en adelante, y recuerda que no son solo mis hijas, son tus hermanas— dice enojado.

—Y recuerda que mi madre, aunque sea que no siga con vida, será siempre mi madre, esa perra de Stella, nunca lo será— digo encabronado— NUNCA— suelto desafiante.

—¡Mocoso que te dije de respetarla!— dice dirigiendo su mano hacia mi rostro queriendo abofetearme, pero lo detuve.

—¿Para que mierda me necesitas? Anda escúpelo— digo molesto.

Se arregla su terno