Capítulo 4: Negación.

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Definitivamente mi comprometido no me agrada. Es muy callado y su mirada podría cortar el ambiente tenso que se crea cuando estoy con él. ¿siempre tiene esa mirada?

Cuando llegamos a casa luego de que los conociéramos, olvide un pequeño detalle: ¿Y su madre? no recuerdo haberla visto, ¿serán divorciados? 

No hablamos mucho, normalmente era yo la que iniciaba las conversaciones triviales. Pasamos al menos dos horas así, en ese rato volteaba a verlo de reojo de vez en cuando, lo observaba.
Su cabello bicolor partido verticalmente a la mitad, lado derecho blanco y el izquierdo rojo. Al rededor de su ojo izquierdo parecía tener una marca, una cicatriz que intensificaba su contorno y resaltaba sus ojos heterocomáticos, no los pude ver bien ya que miraba al piso, luego notó que lo veía y volteó a verme, ahí desvié la mirada.

— No nos conocimos, — me dije. — sólo miramos al suelo... Pero ninguno demostró sus emociones ante la decisión de nuestros padres... — murmuraba mientras me desvestía y cambiaba a mi ropa usual de casa. Fui hasta la cocina en donde mis padres conversaban sentados en el comedor.

— Hija. — me llamó mi padre. — ¿Qué tal te fue con el hijo de Endeavor? — preguntó tomando la mano de mi madre.

— Bien, creo. No hablamos mucho. — respondí indiferente abriendo el refrigerador.

— ¿Pero no se sintieron atraídos? — pregunta mi madre, al oírla me atraganté con la bebida que estaba tomando.

— ¡No, mamá! — contesté aun dándome golpes en el pecho para no ahogarme.

— Bueno, deberás hacerlo. — miré a mi padre. — Él es estudiante de primer año en U.A. Tiene buena reputación y un gran poder que al fusionarse con el tuyo, crearán algo imparable. 

— No me voy a enamorar así como así. No lo haré. No me quiero casar con él. — dije firme.

— Lo harás quieras o no, ya está todo arreglado. — habló con cierto enojo mi madre.

— Pero mamá... — me interrumpe.

— Dale una oportunidad. Míranos a mí y a tu padre, si no nos hubieran comprometido tú no hubieras nacido. — dice como si nada.

— Fue la anticuada decisión que tomaron mis abuelos y la que ustedes dejaron llevar. — fruncí el ceño mientras me sentaba en la silla adelante de ellos.

— T/N... Piénsalo, querida. Es todo lo que puedes desear: Es atractivo, tiene buena particularidad, dinero... — la interrumpí.

— ¡Esto no es lo que yo quiero, es lo que quieren ustedes! — grité. — Cuando a ustedes los comprometieron no dijeron: "Oh, me casaré con un desconocido, ¡Es lo que siempre quise!". — imité el tono de voz.

Mi padre me lanzó una mirada fría y habló: — Nos lo agradecerás algún día, por los momentos aún tienes cosas que aprender. — se levantó de la mesa y fue hasta su habitación dejándonos a mamá y a mí. 

Mi madre tomó mi mano mientras veía a papá irse. — T/N... — la miré. — Sé como te sientes, yo también lo sentí... — sonríe comprensiva. — Pero, le di una oportunidad a tu padre y a los consejos de tus abuelos y, ¿sabes? no me arrepiento de nada. — la miro con tristeza.

— Mamá, quiero enamorarme de quien yo decida y cuando lo decida, vivir mi vida. — imploro.

— Lo sé, pequeña. — se levantó de la silla y acarició mi cabello hasta dejar su mano sobre mi mejilla. — En unos días volveremos a visitarlos, intenta conocerlo mejor, ¿sí? — pidió y yo asentí, volvió a sonreírme para después darme un beso en la frente e irse por el mismo camino de mi padre.

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