°● Destinos forzados ●° »» [Todoroki Shôto y tú]

Capítulo 10: Perdón

Al día siguiente, me alisté para ir una vez más a la casa Todoroki, esta vez, como yo quiera. Unos jeans negros y convers grises, una camisa manga larga un poco grande color gris y cabello suelto. Ahora sí, iría con gusto.

Durante el camino mi estómago comenzó a dar vueltas y al llegar a la casa me estaba arrepintiendo. Nos bajamos del auto y tocamos la puerta, Endeavor-San nos atendió como siempre, di una reverencia por cortesía y cuando estaba a punto de llamar a su hijo, él ya estaba en camino a nosotros. 

—'Bien, parece ser que sí está dispuesto a esto'. — Suspiré.

— Un gusto volver a verlos. — dice el bicolor dando una reverencia ya en frente de nosotros, ellos asintieron.

— Muy bien, los dejaremos solos. — dice el héroe. — Shôto. — lo observa de manera amenazante, el nombrado frunce el ceño ligeramente devolviéndole la mirada. Los mayores salieron de nuestros alrededores, segundos después, él habla.

— Sígueme. — hizo un movimiento de cabeza, lo miré confundida pero acepté. Caminamos hasta el fondo de la casa, el patio; Era grande, había una especie pasillo que también era un balcón, era en donde estábamos parados, viendo el resto del espacioso y hermoso sitio, también el bello atardecer que se veía por encima del muro que separaba esta casa de la de los vecinos. En el patio había un árbol, uno muy grande, en una de sus ramas había un columpio de rueda y un poco más alejado, una mesa de picknic. Caminamos hasta la mesa en donde nos sentamos uno en frente del otro en silencio, él no me miraba, veía a la mesa fijamente pensando en algo. — Te ves bien. — dijo.

— Gracias. — puse mis manos en mi regazo. Segundos después, él siguió hablando.

— En realidad quería... — lo miro. — Hablar contigo, quería disculparme por todo lo que dije ese día. — miró a mis ojos. — Sólo pensé en cómo me sentía y simplemente lo dejé salir, teniéndote a ti como blanco, te eché toda la culpa de esta situación. No te odio y no tengo nada contra ti. — cada palabra, sonaba con más culpa, claro, con ese tono sutil y calmado que siempre usa. — Sé que mis palabras no se retractarán solamente a cambio de otras, pero, lo siento. — murmuró bajando la mirada para luego volver a posarla directo a mis ojos. No sabía que decir, primero, me impresionaba que hablara y más de esa manera, segundo, se estaba disculpando, ¿eso era normal?

— Yo... — bajé la mirada y luego la subí. — Tienes razón, no me gustó cómo te dirigiste hacia mí ese día, y para ser sincera, me sentí mal después de eso. — su mueca era común, pero si le prestas un poco de atención, puedes notar la culpabilidad. — Pero, tomando en cuanta lo que dijiste ese día, estás pasando por una situación delicada con tu padre, no me imagino que debe sentirse estar bajo esta situación... Pero, contando con las recientes, te muestras arrepentido, eso creo. — levanto uno de mis hombros e inclino mi cabeza hacia este. — Así que puedo perdonarte. — sonreí de lado amablemente. Su expresión cambió a una de sorpresa breve. — Y también, me gustaría disculparme, también provoqué esa pelea y la seguí... — bajé la cabeza algo apenada. 

— Está bien, T/A — la volví a subir. Me miraba fijamente, una microscópica sonrisa ladina se asomó en sus labios, sonreí al verlo.

— Bueno, algo bueno salió de esto... — él me mira confundido. — Es primera vez que te diriges a mi con mi apellido. — río con los ojos cerrados.

Gracias a esas cuantas palabras intercambiadas, logramos comunicarnos mejor. Le hablé sobre mi estilo de ropa, ya que le extrañó que no viniese en vestido, también me habló sobre sus hermanos, por como hablaba de su hermana, parecía ser agradable, según él, era quien lo ayudaba y le daba consejos. La noche cayó y nos alumbraban las estrellas brillantes, junto con una linterna de fuego dentro de un cristal, amarrada al tronco de aquel gran árbol. Rato después, entramos a la casa donde tomamos una taza de té junto con una galleta cada quien.

Se podría decir que hoy si fue un día agradable, hoy si pude conocer al hijo menor de los Todoroki, y ¿les digo algo? me cayó bien, quisiera conocerlo mejor.