Narrado
Parte de mi niñez fue hermosa, era la época en la que estaba en casa. Mis padres no tenían discusiones regulares, pero al tenerlas eran pequeñas y se arreglaban rápidamente. Siempre me daban el amor y cariño que un hijo merecía, sentía que tenía a los padres perfectos.
En preescolar nunca fui maltratada, los maestros fueron un amor y los alumnos eras agradables.
Con respecto a mi kosei, no tenía uno aún. Mis padres decían que desarrollaría uno pronto y cuando lo hiciera, sería muuuuuy fuerte, así que debía estar preparada para ello. Sin embargo, era normal que a mi edad aún no obtuviera una particularidad así que no tuve inconvenientes. Por favor, tenía menos de cinco años.
Pero hoy por fin iniciaría primer grado de primaria, un poco tarde, sí, la escuela había comenzado hace un mes, pero igualmente mi nerviosismo y emoción estaban por las nubes.
— ¿Lista para tu primer día de escuela en primer grado? — me preguntó con una radiante sonrisa mi madre.
— ¡Sí! — contesté con alegría. Ese día estaba feliz por iniciar la escuela primaria a mis cortos seis años de vida. Mi uniforme estaba impecable, mi mochila preparada, un peinado adorable y un lazo color rosado que mi padre me había regalado especialmente para este día, adornaba mi colita de caballo alta.
— ¿Estás lista, T/n? — preguntó mi padre agarrando su abrigo en el perchero en la entrada de la casa.
— ¡Ajá! — asentí emocionada. Me levanté de la silla del comedor donde esperaba a irme y corrí hasta donde estaba mi papá. — ¡Estoy lista, vámonos! — pedí entre saltitos. Él rió y mi madre se acercó para agacharse y darme un beso en la mejilla y desearme suerte, se levantó y besó a mi padre para despedirse.
— Suerte en el trabajo, cielo. — salimos y nos subimos al auto.
El camino no fue largo, pero estaba nerviosa y cada segundo que pasaba estaba más ansiosa. Le contaba a mi padre cada cosa que se me venía a la cabeza sobre el primer día, comenzar la primaria no era lo mismo que el preescolar. Llegamos y nos bajamos del auto, me tomó de la mano y caminamos hasta las puertas de mi nuevo colegio.
Sentía ganas de llorar por separarme de mis padres, pero era normal, ¿verdad?
— Te quiero, hija. — se despidió al darme un beso en la frente agachado de cuclillas y levantarse para caminar de vuelta hasta su auto. Apreté mi franela con lágrimas cristalizando mis ojos.
— ¡Papá, adiós! — grité sollozando. Él sonrió y sacudió su mano en el aire como despedida, segundos después, una joven y amable mujer me permitió entrar al edificio. Ella era de cabello largo color verde, me recordaba al color de las manzanas cuando no están maduras, junto con orbes doradas las cuales no podías quitarles la vista, la señorita se presentó como Midori Akane.
Las paredes eran coloridas con dibujos en ellas, casilleros pequeños pero perfectos para un niño, la mujer me aconsejó dejar allí mi bolso y me guió hasta el que sería mi aula. Habían más niños ahí, dibujando, correteando, gritando, fue extraño estar en ese ambiente aunque al mismo tiempo me alegraba haber llegado a un nuevo lugar y tener la oportunidad de hacer amigos.
Mi primer día fue el mejor de todos, tuvimos horas de siesta, bocadillos y dibujos. La pequeña clase que tuvimos fue sobre sumas y restas, respondí bien a cada pregunta y por ello me obsequiaron un parche de estrellita dorada que enganché en mi camisa.
No había hablado con niños, lo intenté pero siempre iban a jugar con su grupo de amigos. Creo que llegar un mes después de haber iniciado clases no era lo mejor, pero me alegraba estar aquí.Cuando mi padre fue a recogerme, corrí hasta él, que apenas se bajaba del auto, lo abracé por las piernas ya que era muy pequeña para él, me levantó entre sus brazos y con brillo en mis ojos le hablé sobre mi primer día. Al llegar a casa, con la misma emoción le conté a mi madre todo lo que me había pasado hoy, se veía feliz debido a esa mirada de alegría que tenía al escucharme.
Como recompensa por haberme portado bien y obtener una estrellida dorada, tuvimos una rica cena en familia que coronaría ese día.Fui bastante feliz como pequeña niña, no lo dudo, pero siempre debe pasar algo que dificulte todo.
En los siguientes días, no sabía que estaba a punto de desarrollar mi kosei, este maldito don que me condenó.
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°● Destinos forzados ●° »» [Todoroki Shôto y tú]
FanfictionLos padres de T/a T/n arreglan un compromiso entre su hija y el hijo menor del famoso héroe °N 2. Ella al enterarse aborreció la idea. ¿Él la aborrecerá también? ¿Qué pasará cuando se conozcan? Casamiento de individualidades, la cosa que aquel bico...