Claudio
-Bien Claudio no tienes algo que sea grave, pero es bueno que hallas venido de nuevo pero eso sí- saco una pluma y anotó en una libreta -te lo vuelvo a repetir, no puedes jugar durante unos 4 días en lo que el dolor se calma y tampoco puedes hacer ejercicios.
-Bien ¿es todo?- pregunté.
-Sí, sí te llegas a sentir mal o a doler, cualquier cosa vienes otra vez.
Salí del cuarto a paso normal, solo había sido una fractura muy leve aunque creó que yo fui el que hizo la mayor fractura con Emilia, apenas pasó un día del incidente y no la he visto en like.
Sería más fácil que preguntara pero pasan dos cosas acá, una es que Silverio, León y Ulises saben que la utilizaba y la segunda es que Machu, Antonia y Romi escucharon lo que le dije, esta más que claro que me odian y la verdad tiene justificación esta vez.
Es mi primer día solo, si ella estuviera en este momento no me dejaría de hacer reír con sus ocurrencias, la extrañó.
-Hola- por fin contesta.
-Emilia yo
-Deja tu mensaje, bye- otra vez mensaje de voz.
-Emilia necesito que hablemos por favor, por favor es lo único que te pido.
¿Escuchará o verá mis mensajes?, no sé y tampoco sé si hago esto por ganar lo que Javier me prometió o porque en realidad siento algo por... ella, aunque algo me dice que está última es la correcta.
Me levanté de la mensa en la que estaba, comí todo en el momento que pensaba, iba a dejar mi bandeja cuando escuché el grito de alguien.
-¡Eres un idiota!- cuando menos sentí estaba en el piso.
Vi a la persona que me había empujado y era Kevin -ah- toqué mi codo -¿Qué carajo te pasa a vos?.
-Si no quieres a Emilia, no la engañes idiota- se podía ver el enojo y odio que me tiene, -No te parto la madre solo porque tienes lastimado un pie, imbecil- se dio la vuelta y se fue.
Todos en la cafetería habían visto aquella discusión entre ellos estaban los chicos, Silverio, León y Ulises se acercaron para ayudarme a levantar.
-Gracias- fue lo único que dije iba a caminar pero me detuvieron.
Hablo Ulises -¿Por qué lo hiciste Claudio?, ¿mínimo ganaste tus cosas?.
-No gané nada, bueno- me volteé para verlos de frente -Si gané, gané su odio, el de Emilia y el golpe del imbecil de Kevin. Si no hay otra cosa que me quieran decir, me voy.
No dijeron nada así que seguí el camino a mi cuarto, tomé mi celular nuevamente y volví a llamar a Emilia.
-Hola-iba a hablar pero nuevamente, -Deja tu mensaje, bye.
-Me estoy haciendo mejor amigo del buzón de voz- dije con mi poco humor, -Bueno espero escuches los mensajes la verdad es que me di cuenta que no te llegan por tus redes y... perdón- terminé otra vez.
De verdad que no entiendo como en tan poco tiempo me encariñe con esa peliazulada. Me siento un reverendo inútil, lo tengo más que merecido, al final de todo la culpa de todos mis problemas cuando el único culpable soy yo, así de pelotudo soy.
¿Qué puedo hacer para que me perdone?, bueno más bien aquí la pregunta es ¿lo que le dije tiene perdón?. Lo poco que se de mujeres es que ellas tienen un gran orgullo cuando se enojan, ni siquiera sé si mi "conocimiento" sirve.
Empezó a sonar el celular, vi en la pantalla quien era ¡no deja de joder!.
Atendí -¿Qué querés?.
-¿Cómo que qué quiero?, pensé que estaba claro Claudio. ¿Qué demonios hiciste?.
-Mira Javier- empecé a acariciar mi sien -no estoy para tus reclamos ni para contestarlos así que pará.
-Aceptaste un acuerdo conmigo Claudio, que no se te olvidé.
-Pues mira papá, ¿querés que sea honesto? bien, lo seré. Mi relación con ella acabo por vos, estoy hartó de vos.
Javier empezó a reír, conocía esa risa burlona -No me digas que te enamoraste de esa mocosa.
-Pues ¿sabés qué?, sí. Me enamoré de Emilia como nunca antes lo había hecho por otra persona.
-¿De qué hablas Claudio?, ¿es un chiste, no?.
-No, nada de lo que digo es un chiste. Me enamoré de Emilia porqué... te lo explicaría pero vos ni siquiera entendés estas cosas, además estoy hartó de tus jodidos problemas. Javier ya pasaron años de tu suceso ¿te has puesto a pensar que es mejor dejar pasar eso?.
-Claudio te advierto que si tu no cumples lo que prometiste me encargaré yo mismo.
-No me das miedo, aunque no esté con Emilia siempre la estaré cuidando, de vos y de quién sea- es verdad todo lo que digo, no le tengo miedo a pesar de que sea mi padre.
Iba a seguir hablando pero vi a los chicos en la puerta, no sé si se les olvidó que es transparente y se llegan a ver las siluetas, al parecer escucharon algo de mi platica -Adiós- colgué y me acerqué a la puerta a abrir, -¿Qué hacen?.
Todos empezaron a ver a ambos lados del pasillo como si no entendieran de lo que hablaba.
-¿Todos se van a hacer los pelotudos o qué?- me vieron y habló Silverio.
-Wey la neta es que te queremos dar la madriza de tu vida por lo de Emilia pero, escuchamos lo que dijiste de ella- vi como León y él guardaban sus celulares -¿Podemos hablar?.
-Claro.
[...]
Les había contado a los chicos el como me estaba sintiendo con toda esta mierda de acuerdo, ya ni sé que es. También mencioné que mi papá era capaz de todo cuando se lo proponía, lo conozco a veces soy como él.
-No sé que hacer, honestamente me gusta pero sé que arruine todo además mi viejo sigue aferrado a la idea de querer destruir a su familia.
-Wey la neta la primera vez que vimos a tu papá si nos dio miedo- habló León, -Te podemos ayudar con Emilia pero muy poco ahora sí que tú eres quien hará todo.
-Me arriesgo por ella- estoy muy seguro de lo que digo, el hablar con todos ellos me hizo sentir mejor. No sé como pero la voy a recuperar.
Se escuchó la puerta abrir -¿Entonces tú apostaste con tu papá?- ¡mierda!, todos vimos a la puerta, ¿ahora qué carajo se hace?.
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L E G A C I E S
RomansaJavier Meyer es dueño de una de las más grandes buffetes de abogados de México, la mano derecha de Javier es Antonio Ruíz. Un día por una equivocación Javier piensa que su mejor amigo del alma lo ha traicionado, Antonio tratá de arreglar el problema...