Capitulo 3

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Respira Alba, es el solo una persona común. Que amaste si, pero eso fue hace años, no importa. Respira, el no recuerda casi nada de ti, el es felizmente casado y tú estás feliz con tu vida.

-Porque respiras tanto Alba? Estas bien?- Maldita sea

-Si, estoy bien, un poco mareada, no te preocupes Marcos

-Toma cariño, toma agua y sigue respirando- por un momento se queda mirándome y me coloca el pelo detrás de las orejas- estas tan grande y hermosa, hace tiempo que no te veo

Dios, deja de mirarme a los ojos

Respira Alba, respira

-si, bueno. La universidad era difícil y me aleje de mucha gente, no lo tomes personal- dije tomando un poco de agua y lo más importante intentando actuar normal 

-como no hacerlo? Eres la hija de mi mejor amigo, te vi crecer y trate tus enfermedades. Ni siquiera fuiste al nacimiento de mi pequeña hija- tiene una hija? Que me dices?

-Tienes una hija?- no puede ser posible

-Si, se llama Elena Estela- ay por favor, que nombre más feo y que más territorio va a marcar esa mujer?

-Me alegro mucho por ti, felicidades

Dando la vuelta al comedor me doy cuenta que solo faltábamos nosotros en la mesa y los únicos dos asientos que quedan es al lado de el, ni modo.

-Como va el trabajo princesa- pregunta mi papá

-Pues como siempre, más pacientes cada día, pero no me quejo porque es bastante bueno- la realidad es que amo lo que hago, me gusta ayudar a la gente

-Si Alba se enamora de uno de sus pacientes me lo mandas a mi que yo me hago cargo- qué gracioso Marcos, ten por seguro que de la única persona que jamás me enamorare es de ti, bueno por segunda vez.       

Marcos suelta una leve risa y deja caer su mano en mi muslo. Esta como que muy atrevido así que al igual que el suelto una risa sarcástica y dejo caer mi mano sobre su muslo.

De momento nos miramos directamente a los ojos, nos vimos interrumpidos con la voz de mi madre diciéndonos que ya todo estaba listo, así que a la misma vez sacamos nuestras manos y se rozan.

De repente se me olvidan los nervios, la estamos pasando en familia, Miguel está igual de energético que siempre, Nayla está detrás de él, Javier está contando lo qué pasó en su trabajo y todos escuchando, de momento se me había olvidado todo el daño que me causó Marcos.

No puedo creer todo lo que ha pasado desde que me aleje, una hija? Recuerdo cuando se casó con Estela lo mucho que quería hijos, y lo mal que me sentía después de escuchar eso. Siempre tuve esperanza de que dejara a Estela, pero nunca pasó y me tocó alejarme. Esa frase de "uno no siempre termina con el amor de su vida" se siente tan verdadera en este momento.

Ahora que lo tengo aquí estoy segura de que el es amor de mi vida, pero lo triste es que no podré estar con el el resto de mi vida, como se supone. Me duele pensar que no podremos pasar por esos momentos porque él se casó con la mujer que ama, y hasta tiene una pequeña familia junto con ella. Me tocará aceptar eso nuevamente, porque justamente cuando lo había hecho me tocara volver a hacerlo.

Cuando terminamos de comer salimos al patio. Miguel trajo su bicicleta y me pidió constantemente que lo viera corriéndola. Gritándole que lo hace muy bien y que estaba orgullosa de él Marcos se acerca y me pide que nos sentáramos, sin poder decir que no porque claramente no tenía opción.

-Estas bien Alba? Te noto muy rara. Pensé que ibas a estar feliz al verme- dice mirándome fijamente, maldita sea.

-Marcos como no estar feliz de verte? Hace años que no te veo y créeme que estoy feliz. Es que tengo resaca y siendo sincera ni quería venir

-Se que tienes resaca por que me acabo de emborrachar con tu olor- se ríe y yo solo me muero de la vergüenza

-Que vergüenza- digo tapándome la cara

-No seas tonta, vente vamos a buscarte pastillas para que te sientas mejor

-Sabes algo Marcos? sinceramente no me puedo quedar. Mira la que hora que es y tengo que ordenar algunas cosas para mis pacientes- mentira, pero no me puedo quedar más

-Te entiendo, despídete y te acompaño al carro- no le puedo seguir diciendo que no por que me siento mal. Así que me despedí de mi familia y deje que me acompañara al carro, al principio papá no se veía muy seguro, pero Marcos dijo que hablaríamos de cosas médicas.

De camino al carro no hablamos nada y cuando abrí la puerta me agarra por el brazo y me da un fuerte abrazo.

-Cuídate mucho Alba, fue un gusto verte nuevamente- deja un beso en mi mejilla. Lo abrazo aún más fuerte y le digo que igualmente fue un gusto verlo y me voy.

Que día.

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