Capitulo 9

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Escucho que tocan la puerta seguidamente, luego de que Marcos se fuera me quedé dormida. Me levante como pude, abrí la puerta y frente a mi se encontraba Nayla.

-Estabas llorando?- me pregunta. No le quiero decir que es lo que estaba pasando, pero nadie me conocía más que ella.

-Si, me jodí la puta rodilla y dolió como nunca- mentí, me dolió, pero no estaba llorando precisamente por la rodilla. Mira mi rodilla y no muy convencida se sienta en el sofá.

-No te creo nada- la odio

-No miento, ademas tú estabas para saber- insistí

-No te creo, sabes porque?-hace una pausa- tienes la mesa decorada como si hubieras tenido una cena con alguien y hay dos copas en la mesa. También odias ver sangre y si te jodiste la rodilla no te la vas a curar tu- joder, que eres? Detective o algo así?

-No te enojes- me apresure a decir- para resumir, me bese con Marcos en mi oficina, le dije que se fuera porque está casado. Semanas después lo busqué y nos dijimos cosas y su esposa escucho y él se fue de la casa, estuvo aquí no más de dos días y me volvió a romper el corazón- dije solloza. Ella rápidamente me abrazo

-Alba, no puedes seguir haciéndote esto. Eres joven, el no puede ser el único hombre que amaras. Vendrán muchos más y esos no estarán casados y uno de ellos no te volverá a romper el corazón, este en cambio lo cuidará como si fuera oro- dice y siento que tiene razón, debo superarlo

-Llevo toda mi vida esperando por el, en realidad crees qué hay otra persona para mi?- pregunte esperanzada- y si estoy destinada a estar sola toda mi vida? Esperando un amor que no puede ser

-Alba por Dios, te haz visto? Eres hermosa, tienes una brillante carrera, eres una mujer hecha y derecha, eres la mejor persona que he conocido- aprieta mis manos- te mereces ser feliz y se que encontrarás tu felicidad, pero Marcos no la es.

-Tienes razón- dije y me acuesto en sus piernas- crees qué hay un lugar de Frozen yogurt abierto?- dije mientas ella acariciaba mi cabeza

-De que lo hay, lo hay

***

Suena la arma y enojada tiro mi móvil, odio ese sonido. Ayer solo había una yogureria abierta, pero faltaban 5 minutos para cerrar y no nos querían dejar entrar, pero Nayla por poco le arranca las extensiones a la pobre muchacha y asustada nos dejo pasar.

Mi rodilla amaneció peor, así que me baño y me visto poco a poco. Me bajo el periodo y no se que más me va a pasar hoy. Solo quiero que el día termine.

Cuando llego al trabajo un idiota que no sabe leer se estaciona en mi espacio y enojada me estaciono detrás de él impidiéndole el paso para cuando quiera salir.

-idiota, subnormal- dije saliendo del carro

Cuando entro al edificio Álvaro abre la puerta y escucho que dice Alva tres veces, hoy nadie pretende dejarme en paz

-Mira Álvaro, llevo una mañana de mierda, la alarma la odio, me duele la puta rodilla, un idiota miope se estacionó en mi espacio cuando decía mi nombre y si me vienes que joder la vida, mejor cállate- dije enojada, y el me mira con ganas de reírse y me enojo mucho más

-Perdón por seguir dañándote el día pero tienes la camisa al revés- miro mi camisa y tiene razón

-No está al revés, se llama moda- dije y camine para el elevador, escuche su risa a mis espadas. En el elevador que hacia rumbo a mi oficina me puse correctamente la camisa. Presiento que hoy va a ser exhaustivo.

No quiero atender a nadie más y todavía faltan 4 horas para irme. Es la hora de mi almuerzo y voy a la cocina para almorzar. Veo que Álvaro está almorzando solo y de mala gana me siento con el.

-Oye, que le pasó a tu moda?- dice sonriendo, idiota

-No te hagas el gracioso, estupido- dije de mala gana, pero luego solté una pequeña sonrisa.

Lo ignoro y sigo comiendo, segundos después entra una de mis compañeras, siendo sincera no la soporto, es bien plástica y trata mal a sus pacientes.

-Donde coño está la jarra de la cafetera- abrí los ojos, no quería comprar una cafetera para la oficina así que me traje un telmo con suficiente café para todo el día

-Alguien la rompió- dijo Álvaro sin importancia, nos miramos y le agradecí con la mirada

-Voy a hablar con el supervisor, siempre pasa algo en esta maldita oficina, ya estoy harta- dice ofendida y se va moviendo las caderas exageradamente

Álvaro y yo nos empezamos a reír y deje de estar enojada con él porque me di cuenta de que él no tenía culpa de nada de lo que me pasó

-Lo siento por lo de la mañana, tú no tienes culpa de que esté pasando un mal día- dije apenada

-Ni lo menciones, disfrute verte enojada- Álvaro me cae muy bien, podría decir que me cae mejor que nadie en todo el edificio. Se levante diciendo que su hora de descanso termino y se va. Me quedo sola en la cocina y pienso en Marcos. Estoy dispuesta a olvidarme de lo que sentí por el, le quiero con toda mi vida y llevo 7 años haciéndolo. Por su forma de cuidarme, la forma en que me miraba y siempre me decía que era su persona favorita. La primera vez que me beso, sus ojos que brillaban cada vez que llegaban buenas noticias de cuando estaba enferma, cuando comíamos Frozen yogurt algunas tardes y hablábamos de todo, cuando hacía que me ruborizara cuando me decía que era la niña más hermosa que existe. Recuerdo cuando papá y él fueron mi pareja para el baile en la escuela porque nadie quería estar con una enferma porque pensaba que les iba a contagiar mi enfermedad.

Dejo mi comida a un lado y sin ganas voy a mi oficina y atiendo a mis pacientes, por lo menos los puedo ayudar a ellos.

Cuando se hacen las cinco de la tarde salgo de mi oficina y voy al estacionamiento veo que quien se aparcó en mi espacio fue la plástica de Leonora, la misma de la jarra.

Me mira enojada, seguramente lleva tiempo esperando, le sonrió y antes de que hable, me apresuro a hacerlo yo

-Mira donde te estacionas, la próxima vez haré más que esto-dicho eso subo a mi auto y me voy a mi casa.

Minutos después estoy en mi casa y está más solitaria que nunca, de un impulso me monto en el carro y voy a una perrera.

-Por lo menos un perro me hará compañía- dije mientras manejaba al lugar

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