Capitulo 4

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Han pasado 3 días desde que vi a Marcos, no he dejado de pensar en el. Sabía muy bien que esto iba a pasar porque cada vez que lo veía me pasaba. Por lo menos estuve dos años de paz.

Me siento muy estupida porque soy una psicóloga que no puede superar un pasado amor y todavía lo sigue pensando, como se supone que ayude a mis pacientes? Tal vez como psicóloga no me puedo ayudar a mi misma pero puedo ignorar estos pensamientos y atender a mi paciente que literalmente me esta contando sus problemas y deje de hacerle caso cuando empezó a hablar.

Pero como hacerle caso? Se trata de Marcos, pero que importa Alba, no te pagan por pensar en Marcos

Son las 6:00 pm, me falta solo una hora para salir y ya me me quiero ir. Quiero llegar a mi casa y dormir, para olvidarme de mis pensamientos.

-Pase- digo al escuchar la puerta

-Alba, puedo hablar contigo?- Así que ahora no puedo salir de ti?

-Siéntate por favor- le señalo la silla, no se sienta y se para a mi lado y hace que me levante con el, pienso lo peor. Me dirá que me pase de la raya al tocarlo así aquel día? O que no me haga ideas con el abrazo?- cuéntame, qué pasa, por qué estás en mi oficina?

-Tenia que verte, no se que me pasa pero, la última vez que te vi, no dejo de pensar en ti, por favor dime que te sientes así- súplica

-No puedo mentirte, ni mucho menos en tu cara. No voy a negar que no dejo de pensar en ti.

Sonriendo se acerca demasiado y me agarra por la cintura. Junta sus labios con los míos y nos empezamos a besar. Sus labios me hacen sentir en las nubes.

Llevaba tantos años esperando este beso que cumplió mis expectativas. Deja de besarme y baja a mi cuello y tomo esa acción como una advertencia de que debo parar.

-ey, para- digo empujándolo, pero no me escucha o eso creo- Marcos para!

-qué pasa Alba?- dice dejando de besar mi cuello

-no podemos seguir- digo alejándome- estas casado y tienes una hija, no puedes serle infiel a tu esposa con la hija de tu mejor amigo y créeme que no voy a ser segundo plato. Soy una mujer muy segura de lo que quiero y se que no merezco ser la segunda opción de nadie

-Lo siento mucho Alba, no te quise hacer sentir así, no eres mi segunda opción ni nada de eso. Nunca le he sido infiel a Estela, simplemente me encuentro en una situación en donde no te puedo sacar de mi mente y para ser sincero las cosas con Estela no van bien desde hace años...

-No me importa, no hagas excusas- intenta hablar, pero lo interrumpo- es más sabes que? Es mejor que te vayas, lo más seguro Estela está esperando por ti en la casa

-Pero Alba...

-que te vayas dije!- camino hacia la puerta y la abro, ya parado en la puerta lo paro y le digo- y no me vuelvas a besar y mucho menos si estás casado

Cuando ya sale por la puerta, vuelvo a mi escritorio. Me pongo a pensar en lo qué pasó porque hace días simplemente me tocó el muslo, me abrazo y ahora me besa, como se supone que me olvide de esto?

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