-Joder- grito y a la misma vez tocándome la cabeza donde me di
-Tu si que eres torpe- dice Marcos para luego el también tocar donde me di- no tienes nada
No le respondo y sigo buscando las servilletas. No tengo porque decirle quién es Álvaro.
-Alba responde- sigue insistiendo. Me agarra del brazo y me pone contra la pared- ¿Quién es?
-Tu no me puedes exigir nada cuando después de irte de mi casa fuiste donde Estela y rogarle que te dejara volver- digo y me mira confundido
-Fui a la casa para ver a mi hija, me estoy quedando en un hotel- dice y saca la llave de su cuarto en el hotel, me siento muy estupida por creerle a Estela- Dime, ¿Quien es?
-Mi novio- dije y se torna rojo, levanta su brazo y agarra algo, cuando veo que son las servilletas me las entrega- Que les vaya bien- dice y se va para el patio. Una parte de mi quiere llorar porque lo menos que quiero es lastimarlo, pero tengo claro que me toca superarlo.
Salgo de la casa, le entrego las servilletas a mamá y me siento con Álvaro.
-¿Que te dijo?- pregunta Álvaro y lo miro preguntando de que habla y me devuelve una mirada diciendo "sabes de lo que hablo"- lo vi entrar después que tú lo hiciste.
-Me pregunto quién eras y le dije que eras mi novio para que me dejara en paz- se ríe- Actúa como tal
-Alba no va a funcionar- hace una pausa- le dijiste a tus padres y sobrino que no lo era y le dices a él que si, él le va a preguntar a tu papá quién soy y él le dirá que soy tu compañero de trabajo.
-Tienes razón- digo con fastidio. Marcos se fue poco después, Álvaro y yo nos quedamos porque queríamos pastel, nos fuimos cuando le terminaron de cantar a Miguel. De camino a la casa Álvaro ya no estaba serio y era él quien me hacía conversación. A este le faltaban varias calorías para volver a ser feliz. Cuando llegamos al edificio se estaciona.
-Gracias por llevarme y traerme- le digo y él sonríe
-Gracias a ti por invitarme, la pase muy bien- le doy un beso en el cachete y salgo del auto. Cuando estoy a punto de entrar al edificio grita mi nombre
-Pregúntale a tu cuñada donde compró el pastel- dice y me empiezo a reír, subo al apartamento y Milo está tan cansado que cuando lo acuesto en su cama se queda ahí. Voy al baño y tomo una larga ducha, cuando salgo me pongo una camisa de dos tallas más grandes y ropa interior. Me voy a la sala para ver cualquier cosa que estén dando en la televisión. Alguien empieza a tocar la puerta y sin preguntar quién es abro la puerta. Veo que es Marcos y antes de que pueda decir algo me agarra por la cintura y nos empezamos a besar.
-No me vuelvas a mentir, me iba a morir de celos- dice entre besos, me levanta, entrelazo mis piernas en su cintura y nos vamos a mi habitación. Por primera vez no pienso nada, me dejo llevar por el momento, por lo que siento y por el deseo. Tal vez me arrepienta mañana, pero por hoy no hay mañana.
Me deja en la cama y estando arriba de mi no deja de besarme. Le quito la camisa y el me quita la mía, luego de varias piezas más nos encontrábamos desnudos. Sus dedos juegan dentro de mi y luego lo hace su lengua, disfruto cada toque y caricia que me da, sube a mis pechos dejando besos en mi estomago y empieza a jugar con mis pechos. Gimo con cada toque que me da. Escucho un envoltorio rasgarse y segundos después me penetra y mientras lo hace gimo en su oído. Me muevo en vaivén, mientras él me penetra sin piedad. Me pone arriba de él y me muevo si mi vida dependiera de ello, lo hago hasta que los dos llegamos al límite a la misma vez. Salgo de él y él tira del cordón, me acuesto sobre su pecho. Me da un beso en la frente y me abraza.
-Te quiero preciosa- dice me da un beso en la cabeza y segundos después me quedo dormida.
Me levanto dolorida, estiro mi brazo y la cama está vacía, rápidamente quedo sentada en la cama.
-No puede ser- solloce, Marcos se atrevió a usarme e irse dejándome sola. Sin ganas me visto y voy al baño a lavarme la boca, escucho un ruido en la cocina, seguramente Milo tropezó con algo, voy corriendo a ver qué pasó y me encuentro a Marcos en bóxers haciendo desayuno e inconscientemente suelto una sonrisa, no se fue.
-¿Te levante?- pregunta cuando me ve mirándolo. Voy donde él y le doy un beso.
-Un poco- dije- pensé que te habías ido
-Jamás- no respondo y busco a Milo para darle comida, pero veo que este ya casi termina de comer- me asegure de que él fuera el primero en comer- dice y le agradezco, el es más útil que yo, no tenía planeado desayunar solo darle de comer a Milo y ahora no tengo que hacer ninguno de los dos. Marcos sirve el desayuno y lo comemos en silencio. Tenemos mucho de que hablar, pero por primera vez en mi vida quisiera comer antes de dañar esto nuevamente.
-Pregunta, se que quieres- dice cuando terminamos de comer
-¿Que pasó con que no podemos ser nada porque no estabas pensando en mi papá?- pregunto y me levanto para ponerlo en el fregadero.
-Se que el día que tu papá se entere estará muy molesto, pero quiero ser egoísta por primera vez en mi vida, quiero ser feliz y me toco aprender a la mala que tu eres mi felicidad
-¿Y Estela?- Esa víbora lo más que hará es odiarme por estar con él
-Ya llegamos a los acuerdos necesarios, solo falta firmar los papeles-en el fondo me emociono, pero no quiero que sea obvio así que sigo con las preguntas
-¿Que es esto exactamente? Tendremos sexo casual o tenemos nombre para esto?- le sorprende mi pregunta, pero necesito saber.
-En realidad es muy temprano para que sepas, solo ten en cuenta que no es solo sexo casual-No le hice más preguntas, luego del desayuno nos bañamos juntos y se repitió lo de anoche muchas veces más. Por la noche se fue al hotel porque mañana tenía que trabajar y no tenía ropa acá. Me quede con Milo en mi cama y cuando él llego al hotel me llamo al móvil y hablamos hasta que me quede dormida.
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A tu merced
RomanceAlba no lo ha tenido fácil. Lleva toda su vida enamorada del mismo hombre y nunca consigue olvidarlo, pero y si algún día por casualidad el hombre que ama le hace caso? Qué pasaría? Si lo quieren saber, les invito a que lean mi novela. No se arrepe...