Capítulo 4

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Cuando Jimin abrió su puerta, pudo ver a tres figuras pequeñas correr en la extensión de su jardín, riendo y escapando lejos. Con un bufido, Jimin salió corriendo detrás de ellos.

—¡Hey!, ¡Esperen!

Salió de su jardín hacia la calle terrosa, en la lejanía miró a los niños correr, uno de ellos se detuvo y se giró levemente, sonriéndole con una burlesca expresión antes de volverse a girar y correr junto a los otros dos niños.

Se quedó de pie en media calle, con una mano en su espalda baja y otra en una de sus rodillas en la leve inclinación, bufó molesto: —Esos pequeñajos...

Una risita lo sobresaltó haciendo que se diera media vuelta con rapidez, frente a él estaba el mismo chico que había visto en el parque, llevaba la guitarra colgada en su espalda y se encontraba caminando al lado de su bicicleta, en el canasto de esta, un cachorro marrón le ladró alegre.

—Hola, ¿eres nuevo verdad? Min Yoongi, a tus servicios —El hombre divertidamente se quitó el gorro azul e hizo una pequeña reverencia con la misma sonrisa encantadora.

Jimin asintió tímido—Hola, mi nombre es Park Jimin...

—Encantado de conocerte, entonces... ¿haciendo ejercicio vespertino?

Casi al instante, la molestia había regresado al cuerpo de Jimin con una velocidad indescriptible—¡Esos niños! —se cruzó de brazos echando un vistazo hacia atrás donde los niños habían desaparecido.

—Ah, si... no te ves muy alegre.

Jimin frunció el ceño—han estado tocando el timbre de mi casa casi todos los días, y cuando salgo a verlos, ¡corren!

Yoongi alzó una ceja—¿entonces también puedes verlos?

—¿De qué estás hablando? —de pronto la mente de Jimin se llenó de pánico y miedo al pensar que tal vez realmente se estaba volviendo loco y-.... Bufó desconcertado cuando el hombre de cabello negro soltó una enorme carcajada.

—¡Oh dios mío! –rió con fuerza—, debiste ver tu cara, fue, fue...—siguió riéndose con fuerza y Jimin arrugó su pequeña nariz de botón con desconcierto.

—No fue muy amable de su parte señor...

Asintiendo con una sonrisa, Yoongi echó su flequillo hacia atrás—Perdón, fue inevitable. Esos niños son los hijos de la señora Cho, vive a unos siete minutos de aquí, ya sabes, les gusta andar corriendo por todos lados, el campo es su pasión —soltó otra risilla—esos mellizos...son realmente traviesos.

Jimin ladeó su cabeza—¿Mellizos? Pero... si son tres niños.

De pronto Yoongi volvió girarse para mirarlo, su sonrisa se esfumó por completo—No hay más niños, sólo la pequeña Soyoung de Mina y Minho, buenos vecinos, por cierto, pero además de ellos, en estas partes no hay más niños, al menos que haya sido un amiguito suyo de la escuela que viene a visitarlos diariamente.

—No, no lo entiendes, se parece mucho a ellos, creí en todo caso que eran trillizos, pero el tercero es un poco más alto y-

Con rapidez, Yoongi se acercó, dejando su guitarra a un lado mientras entrecerraba sus ojos—¿no mientes?

Encogiéndose de hombros, respondió—no tengo razones para hacerlo.

Con un profundo suspiro y una expresión pensativa, Yoongi asintió—Sólo no lo menciones, nunca, a nadie, este pueblo esta lleno de supersticiosos.

—Eso... en todo caso, ¿Tomas café o té? —Jimin señaló detrás de él, donde a unos pasos se encontraba su enorme casa, una abierta invitación implícita.

Unread [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora