Capitulo 17.

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Capitulo 17

*Narra Pocho*

Yo no puedo creer la inutilidad de esta flaca. ¿Cómo puede estar almorzando con el Kun? ¿Es joda? Encima yo le tengo que solucionar las cosas con el goloso. ¿Cómo se lo digo? ¿"La puta de tu noviecita se fue a comer con el negro que se la quiere levantar"? ¡NO! Es tu amiga Pochi, no podés hablar así de ella.

Uy, la puta, ahí viene.

Fer: Hola, Pocho. ¿Viste a Leo?

Pocho: Eeeeh. No, no lo vi, pero hablé con él y sé dónde está.

Fer: Perfecto. ¿Dónde?

Pocho: Emm. ¿No querés que vayamos a almorzar juntos?

Fer: ¿Qué me estás ocultando, Pocho?

Pocho: Bueno, te lo digo. Él me dijo que te diga, así no te oculta nada, pero no te lo quiero decir porque te vas a enojar y no quiero que te enojes de nuevo con la pulgui. Ella te ama con su corazón entero, no te puede volver a perder. Además no es... -hablando muy muy rápido.

Fer: Al grano, por favor. ¿Qué pasó?

Pocho: La cosa fue así, nosotros nos fuimos de shopping y cuando volvimos aparece el Kun. Dijo que quería hablar con él y yo y Fideo le dijimos que no, ni en pedo, pero Lio dijo que sí entonces nos fuimos. Hace cinco minutos hable con él por celular y dijo que el Kun le pidió perdón por todo lo que hizo y que no lo quería perder, porque Lio es su mejor amigo, y a él le pasaba lo mismo, porque quiere mucho al Kun, como amigo, obvio, entonces se fueron a comer a un restaurante acá cerca, sobre la playa. Yo lo cagué a pedos, pero dijo que era su amigo y que no lo iba a perder y que ahora están comiendo como amigos que son.

Fer: Ah, con Sergio... Bueno, supongo que no va a hacer nada, ¿no? -hace una mueca triste-. Gracias, Pocho.

Pocho: ¿No querés que hagamos algo nosotros? Ya sabes, como amigos.

Fer: Bueno, dale. ¿Vamos a almorzar?

Pocho: Dale, sí.

Salimos del hotel y comenzamos a caminar. No sabíamos a dónde ir, no conocemos nada de Brasil. Seguimos caminando hasta encontrar un lugar que nos pareció lindo y entramos. Era un poco elegante, ni mucho ni poco. Nos sentamos en una mesa de a dos, uno en frente del otro. Ahora que lo tengo cerquita y lo puedo mirar bien, me doy cuenta de lo lindo que es. Es casi perfecto el hijo de puta. Ojos divinos, cara preciosa y esa sonrisita tierna me está volviendo loco...

Fer: Pocho, ¿qué vas a pedir?

Pocho: Ehhh, ay, no sé. ¿Qué hay?

Fer: ¿Te gustan los mariscos? Me dijeron que no me vaya de acá sin probarlos. Supuestamente son los mejores.

Pocho: Andaaaaa, mejores son los de Mar del Plata.

Fer: JAJAJAJJAJAJA que boludo. Mozo -hace una seña para que venga y ordena los mariscos.

Pocho: Contame algo de vos. Nos conocemos hace mucho pero no sé casi nada de vos.

Fer: Emm, ¿qué te puedo contar? Lo de Lio ya lo sabes, lo que viví antes de la sub 20 ya lo sabes... No soy un hombre muy interesante. Creo que con eso ya sabes todo.

Pocho: Para nada. Me niego a que digas que no sos interesante. A ver... ¡Ahí está! ¿Por qué te casaste con Gisela?

Fer: Pregunta difícil -se rasca la nuca-. Supongo que para convenserme a mí mismo que no me pasaba nada con Lio. O sea, es un hombre, y yo quería ser bien macho -reí-. Pero bue, quería "volver a ser" hetero y me casé con Gise. Y bueno, en algún momento teníamos que cojer. Y la muy hija de puta dejó de tomar la pastilla y salió Mateito. Ojo, no quiere decir que porque no lo haya buscado no lo quiera, lo amo más que a nadie en el mundo.

Mi salvación [Gassi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora