十七

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Mi día favorito por fin había llegado, el día en que tengo una cita con mi cama y nada más.

—Eun Hee—el grito de mi madre hizo que casi mi anatomía cayera de la cama.

Arrastras me levanté de dónde me encontraba, acto seguido me dirigí a dónde provenía el grito.

—No creas que te quedaras todo el día en cama, me acompañarás a hacer las compras—ordenó mi madre con su entrecejo fruncido—anda, ve a cambiarte.

Fruncí mi boca disgustada, después de ello volví a mi habitación en busca de ropa. Tome lo primero que vi en mi clóset, lo cual era un pans de color negro al igual que la camiseta, decidí usar unos tenis negros para que combinaran. Pensé en si recoger mi cabello o dejarlo suelto, decidí mejor utilizar una gorra, la cual también era negra; solo las uso cuando mi cabello es un desastre.

—¿Qué es esa vestimenta?—replicó mi madre vociferando—teniendo tanta ropa bonita.

—Mamá, solo vamos al supermercado—exclamé con mi entrecejo fruncido al igual que mi boca.

—Bien, no tengo todo el día, ya vamos—mandó tomando su bolso para después ambas salir de casa.

Aún con el entrecejo fruncido me subí al auto y mi madre también. El auto solo lo usa mi madre para el trabajo, al igual que para ir al supermercado.

—Ponte el cinturón—ordenó mi madre al ya arrancar el auto.

En el transcurso del camino mi atención estuvo solamente en la ventana, era mi única distracción. Veía como pasábamos las personas, el aire chocaba en mi cara, los pajaritos cantaban, parecía ser un buen día. Después de casi una media hora, el auto se detuvo, por fin ya habíamos llegado. Bajé del auto desganada para después observar el gigantesco edificio, el supermercado es extremadamente grande.

—Vamos—mencionó mi madre dejándome atrás a lo que rápidamente le seguí el paso—solamente puedes tomar dos cosas—formuló mostrando con sus dedos el número dos.

Mi madre es así, no me permite comprar casi nada, solo lo necesario. Según ella, si yo llegará a tener mucho dinero lo gastaría en solo tonterías, tal vez tenga razón.

—Mira, ¿Qué ese de allá no es Rén Jùn y su madre?—exclamó mi mamá con una sonrisa, le fascinaba hablar con la señora Huáng.

No creí que llegaría a encontrarme con Rén Jùn aquí, sinceramente no quería verlo, me sentía avergonzada por la última vez que nos vimos. No sé si el lo recuerda, debido a que estaba ebrio.

—Bien, tu ve con la señora Huáng y Rén Jùn, yo iré a ver otras cosas—estaba por salir corriendo, más mi madre no me lo permitió.

—No creas que te dejare ir por ahí, ¿Por qué no vas con Rén Jùn?—dijo de manera burlesca.

—No es necesario—antes de que dijera algo más salí corriendo hacía el pasillo de lácteos.

Esperó y no encontrarme en una de esas a Rén Jùn, tendré que ser cuidadosa, ojalá mi madre no me delate.

Todo el tiempo que llevaba en el supermercado me mantuve observando a mi madre, a la señora Huáng y a Rén Jùn, obviamente desde lejos. Mi madre y la señora Huáng se encontraban escogiendo detergente, en cambio a Rén Jùn ya lo había perdido de vista.

Walk Your Home // Huáng Rén JùnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora