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Me encontraba en mi pupitre con mis brazos sobre este y mi cabeza allí mismo, estaba en la espera de mi mejor amigo, o mejor dicho, mi amor platónico Huáng Rén Jùn. Si, lo sé, típico ¿No? Estar enamorada de tu mejor amigo el cual jamás se da cuenta de tus sentimientos o el cual no te corresponde. Bueno, ¿Qué se le puede hacer?

No me percate cuando esté llegó colocándose enfrente mío, pude sentir su mano sobre mi cabello para después revolver lo suavemente haciendo que levantase mi cabeza de ahí para poder admirarlo.

-¿Acaso no dormiste bien?-levanto sus cejas en busca de respuesta haciendo que sus ojos conectarán con los míos.

-No, no es eso-me incorporé en mi lugar para hacer una ademán restándole importancia.

-Ahm... ¿Te apetece después de clases ir a comer un helado?-me dedico una sonrisa, aquella sonrisa que hace que mi corazón salte.

-Claro porque no-y de igual forma sonreí.

Y así como así las clases pasaron volando, o creo yo que al estar con la persona que más quieres es cuando el tiempo pasa de lo más rápido.

Ambos ya estábamos en mi heladería favorita, en la cual nos conocimos.

«Flashback»
Hace dos años atrás.

-Un helado de vainilla-respondí a aquel chico que me estaba atendiendo.

Unos segundos después volvió este chico con mi helado en mano, le entregué dicho dinero. Di media vuelta para poder salir de ahí, pero no me di cuenta que alguien estaba detrás de mi así que embarre dicho helado en esta persona.

-Lo siento-exclamé con total vergüenza, tomé la servilleta que tenía en mano tratando de quitar el helado de su camiseta pero al parecer lo estaba empeorando.

-No te preocupes, es solo helado-levante la vista y me encontré con un chico de ojos marrones al igual que su cabello, era como ver un ángel frente a mí.

«Fin del flashback»

-El sabor del helado no cambia a pesar de que tanto tiempo pase-exclamó el pelicastaño con helado alrededor de su boca haciendo que soltará una ligera risa.

-Es cierto-me acerqué a él con una servilleta en mano quitando los rastros que tenía en su boca.

-Eun Hee-metí una cucharada de helado a mi boca y lo mire-¿Seguiremos siendo amigos cuando ya estemos graduados?

-Eso esperó-sentí una leve punzada al escuchar salir de su boca la palabra amigos, si, es más que obvio que él me mira solamente como su amiga.

Estuvimos charlando y diciendo cualquier tontería con tal de reírnos un rato, ya que habíamos acabado nuestros helados salimos de ahí emprendiendo camino hacia mi casa, por más que me negará a que me acompañará a este le importaba un cacahuate. Caminábamos en silencio para nada incómodo, nuestros hombros chocaban y nuestras manos rozaban, jamás había tocado la mano de Rén Jùn, ni siquiera un dedo y es lo que más anhelaba en este momento. Durante todo el recorrido nadie dijo nada, ya estando frente a la puerta de mi casa este depósito un beso en mi frente sacudiendo su mano en forma de despedida, imite su acción para después dar media vuelta y entrar a mi casa.

Rápidamente me dirigí a mi habitación para así mirar a la ventana desde ahí podía ver cómo el se marchaba aunque solo viera su espalda sabía perfectamente que era el, di un gran suspiro y me encamine hacia mi cama me tire sobre esta boca arriba con una sonrisa en el rostro. Todos los días con el son maravillosos, no hay día que no lo sea.

Walk Your Home // Huáng Rén JùnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora