࿐ REACCIONES/PREFERENCES; DRAGÓN BALL

【✗|O16】

❝FREEZER CUIDÁNDOTE DEL COVID-19❞
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—¡¿Puedo saber que le demonios fue lo que les dijiste a todos, Freezer?! —reclamasté al entrar en la "oficina" encontrandolo sentado observando el espacio. —¡Nadie quiere acercarse a más de 3 metros de mí! ¡Huyen de mí como si no soportarán mi presencia!

El no respondió. Tampoco te miró, permaneció observando el espacio y bebiendo de su copa de vino. Te cruzaste de brazos y suspiraste, poniéndote frente a él obstruyendole la vista. Sus ojos te miraron y una pequeña sonrisa adorno sus labios.

—Yo no les dije absolutamente nada.

—Por supuesto que lo hiciste. ¡No me mientas Freezer! —Apoyasté tus manos sobre la parte superior del extraño asiento de Freezer de forma amenazante. —¿Acaso estás haciendo esto por celos? ¡Demonios, debí haberlo imaginado!

—¡No lo hice por celos! —él se levantó de su asiento mirándote molesto y cruzandose de brazos. Un casi imperceptible sonrojo había salpicado sus mejillas dándole cierto toque adorable. —¡Sólo estoy tratando de evitar que vaya a darte coronavirus y mueras! ¡Pero eres malditamente odiosa e incapaz de permanecer dentro de tu habitación así que tuve que ordenarlos a todos que se mantuvieran alejados de ti para que no vayan a infectarte!

Te sorprendiste por sus palabras y tardaste algunos segundos en asimilar el hecho de que él sólo estaba tratando de cuidarte. Él estaba preocupándose por ti. Era cierto qué tenían una relación, pero él no era la persona más cariñosa o demostrativa del universo así que de cierta forma fue lindo saber que se preocupaba por tu seguridad. Además entendiste por que habían estado llevándote todas tus comidas a tu habitación.

—Entonces... ¿Estás tratando de cuidarme? —preguntaste sonriendo como una tonta enamorada, sin ser capaz de superar el hecho de que él estaba siendo muy dulce contigo. —¡Dios, Freezer! Eso es realmente lindo, pero no tienes que preocuparte tanto por mí.

—Callate, ____________ —gruñó con un enorme sonrojo cubriendo su rostro. —Yo no estoy preocupado por ti.

—Si, por supuesto —soltaste con ironía y aún sonriendo te inclinaste sin pensar, presionando tus labios sobre los del emperador. Sus ojos se abrieron con cierta sorpresa, pero después correspondió a tu beso. Te separaste de él y le sonreíste. —Pero no voy a permanecer encerrada sola en mi habitación... es aburrido. ¿Podría quedarme aquí contigo?

—Haz lo que quieras mujer —él murmuro con fingido desinterés, dándose la vuelta y caminando hacia la salida. Cuando abrió la puerta de "su oficina" dispuesto a irse, tu te adelantaste a detenerlo tomando su mano. El giro su cabeza para mirarte y viste el interés en sus ojos, la verdad ahora más que nunca quería saber si te sentías mal o tenias algún síntoma del recién descubierto Covid-19. Él estaba seguro de que esa enfermedad no le haría ningún mal, pero tal vez a ti si y eso le preocupaba mucho. —¿Qué? —preguntó. Podías notar la preocupación en su voz. Pero tu no respondiste, no quería que él te dejara allí sola pero tampoco ibas a rogarle qué se quedara contigo, así que simplemente soltaste su mano. —¿Y ahora que sucede contigo? ¿Tú... e-estas bien?

—Nada, estoy bien —hablaste con tranquilidad. Te giraste y suspiraste al dejar tu orgullo de lado. —Freezer... ¿Podrías quedarte aquí conmigo? No quiero estar sola, amor.

—Ahg... Es obvio que me quedaré encerrado aquí contigo, mujer. Ni siquiera tienes que pedir eso —gruñó en un tono casi molesto, no le gustaba que tú creyeras qué no eras importante para él o que creyeras qué tenias que rogarle algo. Además, su corazón golpeó con fuerza contra su pecho cuando lo llamaste "amor". Amaba qué lo llamarás con tus apodos cariñosos aunque no lo admitiria en voz alta jamás. —Sólo iré a traer jabón para que te laves las manos y a conseguirte otro cubrebocas porque puedo ver que perdiste el tuyo.

Sonreiste sintiendote muy feliz. Era imposible no sentirte así cuando él se estaba comportando tan dulce contigo.

—Esta bien, te esperaré aquí entonces —respondiste alegremente, sin poder esconder tu sonrisa. —¡Dios, Freezer! ¡Te amo!

El emperador del mal se sonrojo de nueva cuenta y se apresuró a salir por la puerta antes de que pudieras decir otra cosa. Para ti no era necesario que él dijera otra cosa, porque tu ya sabias que él te amaba. No lo decía con frecuencia, pero siempre lo demostraba.