ALWAYS|| Fred Weasley

~CAPÍTULO 30~

Narra Rachel

El beso, sinceramente, me gustó. Me gustó bastante. Me gustó demasiado. No dudé en volverle a besar. El correspondió enseguida. Le necesito. Nos separamos. Yo me abracé a él para a continuación quedarme dormida sobre su pecho.

Narra Fred

Rachel se quedó dormida, por lo que la cogí en brazos para llevarla a mi habitación. Me tumbé junto a ella. La abracé por la cintura. Joder que bien le huele el pelo- pensé.

George entró en la habitación. Al parecer ha estado con Bill. Hablando de... tonterías, supongo.
- Ai, ¿ya no juntais las camas para dormir los tres como hacíamos siempre? - dijo mi gemelo, obviamente dramatizando.
- La he besado, George. Ha sido lo mejor que he hecho en toda mi vida.
- Bueno, pero si ya es de la familia oficialmente. - dijo George.
- No, aún no estamos saliendo.
- Pero la has besado...
- Pero no le he dicho lo que siento, ni le he pedido ser mi novia ni nada.
- Hazlo, ¿a qué coño esperas?
- Espero a que ella sienta lo mismo, George.
- Venga ya, si cuando jugamos al quidditch siempre se pone en tu equipo, si siempre que no hemos podido juntar las camas ha dormido contigo.
- George, no sé, tal vez yo no...
- Si no te ha matado cuando has entrado mientras se duchaba, es la indicada.
- Eres imbecil, Georgie.

Dicho eso, el se acostó en su cama y yo me volví a pegar a Rachel para quedarme dormido.

Cuando me levanté, no estaba Rachel en la habitación. Solo George y yo. Bajé a la cocina a por algo de desayunar. Ahí estaba Rachel. Con un café, una tostada, un moño despeinado y una camiseta larga. Esta guapísima, como siempre.
- Buenos días, dormilón. - dijo sonriendo de oreja a oreja.
- Buenos días.
- Ayer me llevaste a tu cama, no?
- De alguna manera habría que aprovechar. - ella me dió un golpe en el hombro pero acabó riéndose. - Oye lo de ayer...
- Lo de ayer estuvo genial. - dijo acabandose la tostada y subiendo las escaleras. Dejándome con una estúpida sonrisa que se me borró enseguida. Bill lo había visto todo.

- ¿Ayer? ¿Cama? ¿Qué pasó ayer, Freddie? - dijo mirándome con una sonrisa pícara.
- Emmm... Ayer... La besé y como estábamos fuera pues la llevé a mi cuarto.
- Y la acostaste en tu cama.
- Así es. Pero aún no le he dicho que me gusta.
- ¿A qué esperas? Díselo ya.
- Ya, ya de ahora no. Ya de luego o incluso mañana mejor si.
- No tienes remedio

Narra Rachel

Le había contado a Ginny cada detalle de la noche anterior. Pero estaba claro que debía centrarme en otras cosas. Como por ejemplo dónde pasar el verano sin poner en peligro a nadie.

Es realmente jodido cuando eres huérfana y no tienes dinero para pagar un apartamento. Molly dice que no soy un estorbo y que estando cerca mía será más fácil protegerme si viniesen a por mí. Pero no quiero ponerlos en peligro. Y menos a Fred.

El día avanzaba lento. Me fui a jugar con Ron, Ginny y Bill. Chicas contra chicos.
- No vale, siempre que está Rachel gana!
- Oh, vamos deja de lloriquear, Ronald. - dije.
- Vamos, admitir que Ron tiene razón. Rachel es buenísima - decía Bill.
- No es para tanto, y ahora a jugar- decía Ginny

Una vez acabado el partido, nos fuimos a cenar. Estuve un rato hablando con Ron y Ginny. Me reí muchísimo porque Ron estaba bebiendo agua, se empezó a reír y le salió el agua por la nariz.

Ese día no vi mucho a Fred y George. No sé siquiera si estaban en la madriguera. Eso sí, para cenar si estaban ya que si no Molly los habría matado.

Una vez que cenamos me fui a la habitación de los gemelos. Estaban planeando que hacer para sortilegios Weasley. Yo estaba tumbada en la cama de Fred, George estaba sentado en la suya y Fred estaba delante del espejo mirándome de reojo. Hasta que de repente...
- No te entiendo. - decía George.
- Pues no lo hagas. - dije.
- Lo decimos porque sabes que tienes trabajo en sortilegios Weasley si lo necesitas y sigues comiéndote la cabeza porque no sabes dónde ir ni dónde trabajar- dijo Fred.
- Chicos, a ver si me entendéis, os estaría poniendo en peligro. - dije eso último gritando.
- Teniéndote cerca podremos protegerte. - Gritaron al unísono.
- No necesito vuestra protección, sé hacerlo sola. - dije.
- Nunca viene mal una ayudita de más. - decía esta vez George. Yo no supe que contestar por lo que decidí apagar la luz y dormirme.

Los oí hablar pero no escuché de qué, sólo oí las voces. Tampoco los quería escuchar en ese momento. Sentí como Fred se acostaba a mi lado y me dormí.