Demonic Ángel (COMPLETA✅ )

Capitulo 1

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Al abrir mis ojos me encontraba acostada en el piso, miré el cielo rojo y como la luna se tornaba color sangre. Rápidamente me levanté e inspeccioné el lugar, estaba en el bosque muy lejos de casa, repleto de encinos (robles) y árboles enormes. Ligeramente surgía una neblina entre ellos, podía sentir el olor de la carne. Giré mi cabeza y vi el humo de una fogata muy cerca, cautelosamente caminé sin hacer ruido entre las hojas secas y me escabullí entre unos arbustos. Observé un grupo de personas con capuchas rojas, bebiendo de copas doradas, riendo y otros besándose, pero... ¿Qué demonios era eso? ¿Cuerpos desmembrados?
Un horror se apoderó de mi torso, estaba en shock, no podía moverme mucho menos gritar.
Una persona me tomó por detrás y vendó mis ojos, gemí ligeramente del susto tan repentino. Sus manos frías tuvieron contacto a mi piel desnuda, una inexplicable inquietud y ansiedad corría mi cuerpo, su pecho amplio subía y bajaba a mis espaldas, su olor tan atrayente me embriagó por completo. Mi cuerpo seguía sin responder, sentí sus labios sobre los míos a los que correspondí ferozmente como si no hubiera un mañana, sentí como su lengua se abría paso por mi boca y una conexión se apoderó de mí, pero tenía un sabor extrañamente desagradable, como a hierro. Sentí el líquido correr por mi boca, me sentía asustada y atraída por esta persona. Cuando ya no sentí su calor, la venda se calló de mi rostro por lo que voltee rápidamente, pero fue muy tarde, me encontraba sola.
Aun sé sentía la presencia de alguien, pero solo vi la fogata aún encendida a lo lejos. Limpié mi boca observando con asombro aquel líquido, era rojo carmesí como la sangre. Ahí desperté, era el mismo maldito sueño que me atormentada noche tras noche.
Las ojeras profundas bajo de mis ojos azules, eran señal de lo poco que descansaba. Físicamente estaba bien con el entrenamiento que mis padres tenían planificado para mí, pero mentalmente estaba muerta. No era miedo lo que sentía, eran unas enfermas y extrañas ganas de sangre, deseos consumiéndome por dentro.
Mañana es mi cumpleaños número 18. Odio las fiestas sorpresas, pero por esta vez me gustaría pasarla con mi familia.

—¡Brook! Tenemos que irnos, ya está todo listo para la reunión. —gritó mi madre apurada al otro lado de la puerta.

Perezosamente tomé mis Jeans negros del piso, se ajustaban en mis caderas los suficiente para tornear mi figura. Mi camisa de botones blanca encajaba con mi estilo casual. Terminé de vestirme y asearme. Salí de mi cuarto, no sin antes poner cerradura a mi puerta.
En esta casa hay reglas, la principal es la privacidad, nadie se metía con las cosas del otro. Si obedecías a lo que mis padres dictaban, podías hacer lo que te plazca. Infortunadamente no soy hija única.

—¡Apúrate, enana!

—¿Sabes? A veces es lindo imaginar que soy hija única.

—Cariño, si yo no existiera, ¿Quién salvaría tu trasero en cada misión? —dijo con media sonrisa despeinándome juguetón, mis insultos no pueden borrar su expresión radiante.

—Solo fue una vez. —dije con reproche quitando su mano de mi cabeza.

—Ja ¡Gané! Es la primera vez que lo admites, Emmett 1: Brook 0. —brincó en su lugar victorioso.