Capitulo 20

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Los murmullos de la rubia se hicieron presentes por el pasillo estrecho, Jeff sacó una pequeña lámpara iluminando el oscuro y frío camino. Todos contuvimos la respiración y cautelosamente nos detuvimos a escuchar, miré un pequeño orificio con luz, me pegué a la pared para ver la situación.

—Vaya festín que tenemos, en esta esquina los Stone, por la otra esquina al joven Petrov y claro la vampira también, debo decir que tu hermano Julius nos ha causado muchos problemas, señorita Leit.—Lía sujetó la mandíbula de Blair.

—¡Maldita! Ni se te ocurra tocar a mi hermano —Gruñó la castaña mostrando sus colmillos, y por poco muerde a la rubia, quien retrocedió rápido riendo por todo el lugar.

—¡Por favor! Él se sabe cuidar muy bien, tanto que no hemos dado con su paradero, aunque nos ayudó bastante. Él fue mi comodín para los que no saben, el hermano de la señorita Leit ayudó a fingir mi muerte.

Entonces así fue como me engaño esa noche, caí como una tonta en la trampa y yo que sentí una pizca de compasión por ella. Vaya amiga que me cargaba.

—Lo amenazaste, me dijo todo. —La castaña rompió sus muñequeras de hierro en silencio y se quedó callada esperando el momento perfecto, miró a Elizabeth y Adam a la otra esquina, ellos asintieron.

—¿Creyeron que no los atraparíamos? Les pusimos un rastreador químico en los dardos, apuesto a que esa no la viste venir, ¿Verdad Emmett? Muchas cosas cambiaron después que nos traicionaron tú y tu hermanita.

—Tu querías seguir experimentando con mi hermana, prometiste una cura y traicionaste mi confianza, no podía permitirlo, tuvimos que huir. Creí que eras mi amiga, ¿Por qué cambiaste, Lía? ¿Por qué? Tú no eras así —Clamó Emmett con todas sus fuerzas, jalando las cadenas que lo tenían amarrado.

—Todos al crecer cambian, corazón... Unos para bien y otros para mal y, ¿Sabes algo? Me gustó el lado oscuro. —Se formó esa sonrisa siniestra en su delicado rostro.

—Está organización no era corrupta, te dejaste corromper por tu padre. —Escupió de nuevo mi hermano cargado de rabia.

—¿Mi padre? ¡Ja! Mi padre creía que podíamos vivir entre los humanos. Mi padre se hizo débil, alguien necesitaba tomar el mando y qué mejor su única hija.

—¿Dónde está el Coronel, Lía?—Dijo un soldado apuntando con su arma a la rubia. 

—Enterrado a tres metros bajo tierra. —Se escuchó un disparó, pero falló, la rubia se acercó a él y en un segundo sostenía su corazón, los demás soldados seguían en firmes sin hacer nada. —Olvide que aún seguía este soldado fiel de mi padre, los otros de la élite seguidores de él murieron esa noche del bar, ¿Recuerdas, Emmett? Esa misma noche que desaparecí,  mate a mi padre... Pero no me vean así, no soy un monstruo, solo envenene su vino favorito, durmió y no despertó más.

—No se te va ninguna. —se quejó Alexander con voz débil, sonrió mirando a Lía.

Estaba encadenado de brazos y piernas postrado de rodillas, una aguja metálica perforaba su brazo, inyectándole un líquido morado, el sudor corría por su rostro.

—La verdad que no. —le plantó un pequeño beso en la frente, dejándole la marca roja de sus labios.
El beso de judas, el de traición.

—No logras nada al tenerme así —Jaloneo de un lado tratando de liberarse, jadeo fuerte.

—Logro todo, ¿aún no te has dado cuenta? Ella estaría dispuesta a todo por ti, la provocaré para que se transforme, porque si no lo hace, te mueres tú y gracias a su romántico pacto, ella también. Si no puedo tenerla, nadie lo hará... además, mataste a mi novio, Evans, mi fiel secuaz y ésta va por él. —Con un movimiento rápido le clavó una daga con veneno cerca de su corazón, Alexander tosió sangre.

—¿Todo por su sangre? —Lanzó un grito, Emmett.

—Al tenerla, tengo todo. Tiene que transformarse para completar mi plan, extraer su sangre y crear el ejército más poderoso que pueda existir... Se que lo escucharon por mis inútiles soldados así que solo es cuestión de esperar. — Lía se sentó al lado de Alexander, limando sus uñas rosadas.

Apreté mis manos de la impotencia, el pasadizo secreto nos llevó a una pared descuidada que nos proporcionó una mejor vista del cuarto donde estaban mis amigos, la mano de Marcus se posó mi hombro.

—Marcus, ¿qué haremos? —Susurro Jeff, sacando la pistola. —Necesitamos actuar cuanto antes.

—Los únicos que preocupan son Lía y Daniel.

—Oye, ¿qué es eso que le atraviesa Alexander? —Jeff le echo un ojo al orificio, el rostro de pánico de Marcus me causó escalofríos. Maldijo por lo bajo y sus ojos se tornaron negros, retrocedí y Jeff igual.

—A la cuenta de tres romperé esta pared y atacarán, Jeff tu contra los soldados, ubica su debilidad, Brook ocúpate de Alexander, quítale todo y yo me ocuparé de Daniel. Lía es muy orgullosa y no se meterá hasta que matemos a los demás, Jeff neutraliza a los que puedas.

—Pero puedo ayudarte. —Me acerqué a Marcus tratando de quitarle el peso de encima, él debe de entender que no soy una carga, puedo ayudar.

—Que no, no entiendes que no puedo perderte —Me sujetó de los hombros, su rostro preocupante me alarmó.
Él no suele asustarse por nada, algo muy malo está pasando.

—¿De qué hablas? Estoy bien, mírame. —Tomé su rostro para que me viera, solo hizo una mueca de fastidio, alejándose.

—¿No escuchaste? A Alexander no le queda mucho tiempo. —Dijo frustrado frotando su rostro una y otra vez— Necesito que lo quites de ahí y yo me encargo de todo lo demás, ¿okey?

—Es sangre muerta, ¿verdad? Lo que le están inyectando. —Es la forma en la que torturamos a los demonios, me tocó hacerlo una vez a alguien. Al hacerlo simplemente lo matas desde adentro.

—Sí —Me temía que dijera eso.

Alexander es extremadamente fuerte, no es cualquier demonio. Otros se desmayan a los segundos que les inyectan una pequeña cantidad, pero él está conectado a una máquina y aún sigue en pie.

—¿Qué es eso? —Cuestionó Jeff, listo para atravesar el muro.
—La única forma de matar un demonio, nos alimentamos de la sangre, nos da vida, pero si tomas un poco sangre muerta, te mata. Es como si aceleraras a tu organismo y este la rechaza al instante. —Marcus cargó nuevamente su pistola

—Voy a morir, ¿cierto? —Cargue mi arma.

—Brook, no lo sé, pero no me arriesgare así que:  1...2...3

Demonic Ángel (COMPLETA✅ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora