│Siete.

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Las ventanas bailaban de manera forzaba al ritmo de la música electrizante, ya siendo casi las diez con menos dos de la noche apenas nos encontrábamos escurriendo entre el bullicio de gente en tan chica casa. Las luces neones de tonos verdes y rosas cubrían el festejo, sin olvidar el amplio panorama de todo tipo de mascaras. Desde completas a semi cara se movían a un ritmo agitado por todo el lugar, Jimin brincaba de la emoción acompañado de Hoseok, aún siendo consciente de la bulla traté de memorizar por una vez más los antifaces de los chicos en busca de no perderles. SeokJin habló en dirección a NamJoon y juntos siguieron de largo, Jimin se perdió junto con Hoseok y Yoongi fue en busca —a lo que a mi respecta—de una chica de una noche. Ya solo quedábamos Jeon y yo en plena pista, el mencionado dirigió su mirada a SeokJin y NamJoon y sin pensarlo mucho les combino, no si antes regalarme una sonrisa y un—Nos vemos en un rato...

De acuerdo, ¿Donde estaba el alcohol?

Mi plan inicial era solo llegar y emborracharme hasta la médula, no pensar en nada agobiante y solo dejarme llevar por la fuerte música y las luces llamativas. No tenía problema alguno en quedarme sola por unos minutos, quizás así podía tantear el terreno. Observé mientras a paso lento me hundía entre el gentío abarrotado en la pista en busca de un hueco libre en donde localizara las sustancias. Al parecer había un pequeño bar colocado al final de la pista con un amplio mesón lleno de sillas altas. Perfecto.

Ya con mi bebida de origen desconocido—y color porque simplemente las luces lo complicaban todo—me encontraba sentada en el bar, llevando mi vista de vez en cuando a la pista y a los chicos, me sentía como una madre cuarentona que esperaba a sus hijos dentro de la fiesta. Sonreí, pues en realidad no me quedaba de otra, mi especialidad en las fiestas era beber, más no bailar, ¿Qué se le podía hacer? tenía dos pies izquierdos. Los chicos se acercaron a mi, pasando el rato a mi alrededor. Entre risas y tragos empinados agradecí internamente el encontrarme con antifaz, no quería que nadie viera a la Sune en plena etapa de borrachera.

—Joder, hay una tía que me está tirando la onda.—grito Hoseok bebiendo de su característico vaso rojo. Hizo una seña un tanto disimulada a la chica con antifaz negro en la esquina. Y pues si, prácticamente se podía ver como se lo comía con la mirada.—Pero no sé quien es.

—Eso lo hace más divertido, ¿No?—agregó Yoongi sonriendo de medio lado.

Jungkook intervino antes de que Hoseok pronunciara palabra alguna:— ¿Y si es un tío?

Hoseok se horrorizó.

—Gracias por las buenas vibras, Jeon.—murmuró al tiempo en que el nombrado le guiñaba un ojo y buscaba en el mesón

su vaso medio lleno.

Haciendo oídos sordos a las risas y bromas, podía sentir como el alcohol se me subía poco a poco a la cabeza, como si solo se arrastrara con calma. Vale, estaba cumpliendo mi cometido. El antifaz picaba un poco debido al calor de toda una masa agrupada, pero aún así no tenía planes de quitármelo. Observé de manera vaga mientras movía sutilmente mi cabeza al ritmo de la canción toda la estancia, no buscaba nada en particular, tan solo miraba.

Y ahí lo vi.

El culpable de mi pequeño intento de borrachera improvisada. Se encontraba bajando las escaleras a paso calmado, su antifaz rojo sangre era cubierto por su hermoso cabello brillante aún en las luces incandescentes, llevaba consigo una camisa manga larga de botones tintada por un rojo aún más oscuro, sus pantalones negros al igual que sus zapatos eran casi invisibles entre la oscuridad y los colores de los reflectores. Malditasea, se veía como un ángel caído del cielo.

「Hell」 ;+k. thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora