Capítulo 5

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Mientras la mayoría de los habitantes de la Ciudad de Nebreand dormían, a kilómetros de distancia de ella exactamente en Porto Velo se lleva a cabo un macabro asesinato. Miguel Duarte un hombre 38 años de edad quien estuvo delinquiendo y metido en el bajo mundo; y pagando una condena de más de 8 años por delitos como porte ilegal de armas, robo, extorsión y venta de sustancias alucinógenas.

Un Juez al revisar su expediente determinó que por su buena conducta dentro de la prisión, lo dejo en libertad. Sin pensar, que a las fueras de esas cuatro paredes encontraría a su verdadero verdugo.

Cuando se asomaban los mis primeros rayos de sol para iluminar a Nebreand en los noticieros radiales y televisivos se da a conocer el macabro hallazgo de un hombre descuartizado a las afuera de la ciudad. Lo único que se sabía de ese hombre es que era de tez morena, y que en uno de sus brazos tenía un tatuaje en forma de espirar y según los forenses podrían estar entre los 36 a 38 años de edad; y no daban más detalles, ya que no encontraban la cabeza del occiso.

En ese momento muchos de sus habitantes se preguntaban — ¿Quién podría haber hecho semejante bajeza? —.

En las horas de la mañana suena el despertador de mi celular, colocando mi mano en la mesa de noche para cogerlo y apagarlo. Al hacerlo noto que no está, me levanto de la cama y lo veo en mi bife tomo el celular y desactivo la alarma. Al mismo tiempo con el control remoto en mano enciendo el televisor para escuchar el noticiero matutino mientras arreglo mi cama.

Al terminar de arreglar mi cama entro al baño, sin darle importancia a lo que vendría a continuación. Mientras estoy en el baño, el presentador de noticiero dice — Regresamos a la Ciudad de Nebreand, ¿donde un hecho sin precedente tiene conmocionado a la ciudad? —.

— Si, Juan Esteban como te estaba comentando hace un rato, en las horas de la mañana uno de los vigilantes de este predio, se encontró con el macabro hallazgo de un hombre descuartizado. Aun el cuerpo investigativo no ha encontrado su cabeza. La única pista que tiene los forenses es una mano negra que se encuentra pintada en uno de los árboles —.

Al cabo de 20 minutos salgo del baño y entro a mi habitación. Hasta ese momento no sabía lo que había ocurrido a las afueras de la Ciudad de Nebreand. Al salir cambiada y con la toalla en la mano, mi madre me pregunta — ¿Para dónde vas tan temprano? —.

— Hoy inicio mi investigación, para el reportaje mamá. A demás a partir de hoy, estaré gran parte de mi tiempo en el periódico de Nebreand.

— Y ¿sobre qué tratar tu reportaje? —me pregunta mi madre.

— Cuando veas mi investigación lo sabrás —le dije.

— ¿Por qué tanto misterio?, dinos de que se tratara tu investigación —me dice mi madre insistentemente.

— Ya le dije Señora Ester, que lo sabrá a su debido tiempo.

— Ves cómo me trata —dice mi madre, mirando a mí hermana.

— Mamá es su carrera déjala —le dice mi hermana entrado a su habitación para terminarse de arreglarse.

— Tú también Mary Helen, lo único que quiero es que no le pase nada, hay algo malo en eso. Porque en vez de estudiar periodismo, no escogió otra carrera. Acaso en esta casa nadie me entiende.

— Claro que si mamá, y sé que te preocuparte por mí, pero estaré bien. Además a los únicos lugares que iré será el periódico y al archivo del departamento de policía.

— Ve Señora Ester, no hay nada porque preocuparse Marisabel se sabe cuidar muy bien —le dice Rodrigo mi cuñado levantándose de la mesa comedor y cogiendo al mismo tiempo las llaves de auto. — mi vida apúrate o si no te dejo —.

— Mientras abres la reja yo termino de arreglarme.

— Está bien te espero afuera—le dice Rodrigo.

Mi hermana al terminar de arreglarse sale de su habitación y dice — Hasta luego mamá —dice Mary Helen.

— Hasta luego suegra —dice Rodrigo

— Hasta luego, que les valla muy bien en el trabajo —les dije mientras ellos se subían al auto.

— Igualmente a ti cuñadita —me dice Rodrigo.

Entro a mi habitación y al cabo rato salgo, y me despido de mi madre diciéndole — Hasta luego, nos vemos al rato —.

— Sé que serás una excelente periodista. Pero no te arriesgue mucho.

— Lo se mamá, y tu ere una súper ma —le dije, mientras la abraza y le daba un beso en la mejilla.

Salgo de la casa y caminó hasta la esquina para tomar en la vía principal de mi barrio, la ruta roja que pasa por toda la puerta del edificio del periódico de Nebreand. 

LA MANO OSCURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora