Capitulo 1

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Al despertarme y verme amarrada en una silla en un lugar oscuro y frío con una lámpara que se movía de un lado al otro como intentando desplomarse, sobre nuestras cabezas. Observo a Jota al frente mío desmayado por sus heridas y su camisa mancha de sangre.

Me preguntaba ¿cómo habíamos llegado hasta allí?, y ¿qué pasaba por la mente de nuestros captores, familiares y amigos? De todas mis preguntas, para la única que le tenía una respuesta, era la primera.

Recuerdo que hace veinte días atrás subía las escaleras de la universidad, mientras escuchaba Give Me Love de Ed Sheeran; pensaba en donde podría allá una persona que me diera información valiosa sobre la mano oscura.

Johana Altahona una chica de pelo castaño claro, de tez blanca y ojo color miel, con un porte de modelo de revista, y una de mis mejores amigas y compañera de clase, sube rápidamente las escaleras para alcanzarme. Aunque me llamaba insistentemente por mi nombre no la escucho; hasta que me detiene a la mitad de las escaleras del tercer piso jalándome por mi maletín. Al voltearme me dice — Hasta que pude alcanzarte —.

Quitándome los auriculares le dije — Hola Johana —.

— Al fin me prestas atención —me dice ella un poco agitada.

— ¿Por qué lo dices? —le preguntó.

— Desde la esquina de la universidad te he estado llamando —me dice ella.

— Lo siento, no te había escuchado.

— Y como lo ibas hacer si traía puesto los auriculares. Pero dime Marisabel ya tienes tu indicio.

— Aun no, Johana.

— Te dije que cambiaras de tema.

— Lo sé. Pero la mano oscura es un buen reportaje investigativo.

— La mano oscura es un mito urbano Marisabel.

— Todo mito es leyenda, y toda leyenda...— Es una historia —me dice Johana interrumpiéndome.

— Y a ti como te fue con tu indicio. —

— Bien por ahora tengo tres hojas de mi investigación.

— Que bien al menos tú, tienes algo para presentar hoy.

Al estar en pasillo del cuarto piso de la universidad, Andrés Sánchez el novio de Johana sale del salón y al vernos camina hacia nosotras; y nos dice — Al fin llegan, pensé que no vendrían a clase —.

— Para la próxima se dice, hola Marisabel, hola amor ¿Cómo están?, bien; y tu Andrés.

Andrés entre cerrando sus ojos me dice — Tu no cambias verdad —.

— No, y así tú me quieres —le dije dándole un beso en la mejilla y seguidamente entrando al salón. Johana y Andrés entran detrás de mí.

Al entrar veo Rafael Gutiérrez sentado casi al fondo del salón, camino en zigzag entre las silla. Me acerco a él y lo saludo dándole un beso en la mejilla y sentándome a su lado le digo — Ya tienes tu tema investigativo, Rafa —.

— Aún no —me dice él.

— Tú está, peor que yo.

— La verdad Marisabel tengo una lista de posibles investigaciones para el reportaje. Aunque, hasta no escuchar la de mis compañeros no decidiré el mío.

— Lo dicho. Estas peor que yo. Pero si en tu lista está la Dama Inglesa bórrala —le digo con tono un poco burlo y sarcástico.

— Si la tenía, la borre ayer después de hablar con Johana por el facebook —me dice Rafa.

Al acercarse Andrés y Johana a nosotros, le preguntó — ¿Cuál será tu tema a investigar?, Andrés —.

— La Dama Inglesa —me dice Andrés sentándose a mi lado.

— Amor te recomiendo que vallas buscando otro tema, porque ese es mío —le dice Johana, sentándose en brazo de la silla.

— ¿Qué?, no creo que hayas empezado a investigar —le dice Andrés.

— Y que te dicen estas tres hojas —le dije Johana mientras saca las hojas dobladas de su bolso.

Andrés tomado las hojas en su mano dice — Entonces si tendré que empezar a buscar otro tema. Pero después de todo estudiaron para el parcial de hoy —.

— ¿Cuál parcial? Andrés —le dije.

— El parcial de Literatura, de la Licenciada María Teresa Cabas —dice Rafa.

— Pero ese parcial no es para el próximo mes —dice Johana.

— A ver mis amores, ella la semana pasada nos dijo que iba adelantar el parcial. Porque le adelantaron sus vacaciones.

— Bueno no tengo de que preocuparme, siempre sus exámenes son fáciles.

— Espero que digas lo mismo cuando tengas el parcial al frente, Marisabel.

— No le doy, tanta mente a eso Andrés.

— Buenas noches clase —dice la Licenciada María Teresa Cabas, entrando al salón una señora de 50 años de edad, bien conservada para su edad de tez morena, cabello castaño claro, a simple vista se puede notar que el color de su cabello no es natural, sus ojos son de color café oscuro. De los profesores de la facultad ella es la más tesa, nunca nos ha permitido decirle profesora. Nos ha acostumbrado decírsele — Licenciada Cabas —.

Johana se levanta rápidamente del brazo de la silla, al escucharla a la Licenciada Cabas. Ella camina hacia a Alexandra, que se encuentra sentada en una de las primeras sillas y le dice — Reparte los exámenes, y me realizan cinco filas, en completo silencio —.

Al terminar de decir así Guillermo dice — Vino cuchilla—.

— Dijo algo, Señor Valencia.

— No nada, Licenciada Cabas.

— Ok. Para que vean que soy muy buena con ustedes, tendrás las dos horas de clases para resolver el parcial. Éxitos muchachos —nos dice ella, mientras camina hacia el escritorio, en ese momento el único ruido que escuchamos en el salón, es el de sus tacones resonando con el piso como indicándonos su imponencia, se siente en el escritorio, y como de costumbre saca su laptop.

Al terminar de pasarnos las hojas del examen, el salón no se escucha ni un solo murmullo solamente el movimiento de las hojas de un lado al otro, para responder las cincuenta preguntas que tiene.

Resolviendo algunas de las preguntas de mi examen, aun pienso en el trabajo de reportaje investigativo. Dejo de pensar en ello cuando miro mi reloj de pulso y observo que han trascurrido cuarenta minutos del parcial y apenas he resuelto diecinueve preguntas.

LA MANO OSCURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora