-Hace tiempo no nos reunimos, no comprendo tú disgusto- dice Berlín acomodando la correa del bolso en su hombro derecho-. Y no pienses que lo hice a propósito por que te lo dije desde hace una semana.
-Es verdad, me dijiste que sería algo casual, pero no lo suficiente como para aburrirnos y terminar borrachas en un bar de mala muerte, pero lo más importante, que solo seríamos tú y yo.
-Oye, si es algo casual, solo es una pequeña fiesta. Y claro, solo seríamos tu y yo pero solamente al principio, al cabo de un rato se unirían los demás.
-Eso es trampa, si hubiera estado enterada de todo esto, cancelo desde la mañana.
-Amiga, exactamente por eso no te lo dije- recalca encogiéndose de hombros-. Además, es solo nuestro grupo. Ya sabes, Erick, Teo y a él.
-Pero Ber ¿ tú acaso estás loca?-. Su rostro despreocupado me molesta aun más-. ¿Él, ese él? No tengo problema alguno con los demás pero, ¿porque él? No era necesario que lo invitaras .
-No te creas, lo pensé muy bien. Pero a fin de cuentas Teo no hubiera accedido a venir si no le decían. Son como autómatas ya sabes, se imitan entre ellos, siempre van donde el otro decide... y además, tú bien sabes que el grupo no estaría completo.
-A mi que carajos me importa el grupo-. Siempre deteste esa forma en que te observa, cómo si no valieras nada o cómo si no quisiera perder el tiempo en una discusión donde ella cree que tiene la razón-. Dejo de existir hace un año, deseché cada momento invertido en eso y tú con tus actos egoístas... ¿que quieres? ¿Que esperas de todo esto? Sabes que la he pasado mal y tú...
-Pequeña, hay toda una vida detrás de las cuatro paredes donde por un año te ocultaste-. Me interrumpe-. ¿Que sabes tú todo lo que ocurrió en ese tiempo? Ten un poco de empatía Marissa, y deja de actuar como una niña mimada y caprichosa.
Berlín voltea de tal manera que me da la espalda, y yo sin saber que decir ante sus palabras... lo sé, ella tiene toda la maldita razón lo acepto, sin embargo, no puedo minimizar mis propios problemas solo por compartir o desechar mi tiempo con personas que nunca lo han apreciado. Ber es la única excepción.
-Lo siento sí, ¿todo bien?
-Todo bien linda, no puedo enojarme contigo.- nos envolvemos en un fuerte abrazo y me da un sonoro beso en la mejilla-. Tarde o temprano tenías que verlo otra vez.
-Sí, prefiero tarde.
-Al parecer será temprano- ante sus palabras no puedo evitar sentirme nerviosa y suspiro-. ¿Te sientes bien? Los chicos ya vienen.- cambio el peso de mi cuerpo de un pies a otro y Ber no puede evitar reír.- Ahora parece que quieres ir al tocador, saldrá bien Mar.- posa sus manos en mis hombros y yo asiento.
Pasaron al rededor de 10 minutos para que llegaran, estaba tomándome un batido de frutas y galleta que Ber me obsequió, ella es como mi hermana mayor y cuando vamos a diferentes lugares siempre me pregunta si tengo hambre o cumple mis caprichos al comprarme diferentes tipos de comida. Cuando vi a los chicos, ya estaban a unos cuantos metros de nosotras, el primero en llamar mi atención fue Erick, esta completamente distinto y se le ve más risueño. Teo se acomodaba la gorra color negro para después empujar con los hombros al chico que venía a su lado; quien daba toda su atención al celular.
-Hey, Sabes Berlín eres muy mala dando direcciones, de camino aquí nos perdimos y...- dice Erick, su reacción fue inmediata y con cierta incredulidad pregunta-.¿Marissa? ¿Eres tú? - rio tímidamente y en ese momento "ese chico" levanta su cabeza y me observa fijamente, yo le sostengo la mirada.
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Relatos al Viento.
Teen FictionNunca entenderé la capacidad que tienen algunas personas al carecer de empatía.