Había pasado tan rápido el año escolar que ahora se encontraban organizando todo para la gran fiesta de graduación.
Los papás de los alumnos que se graduarian habían rentado un bello local muy amplio, con terraza y piscina.
Todos lucían elegantes con sus vestidos largos, y los jóvenes con su traje negro de gala.
Meliodas no podía faltar en aquella gran noche de su novia, bailaron juntos y se divertían alegremente.
Pero justo esa noche Elizabeth se sintió un poco fatigada
-Es por todas las emoción supongo.-
Se excusaba para no preocupar a nadie.
Pronto cumpliría los 18 y había decidido que quería ir a estudiar en una prestigiosa universidad de la ciudad.
Aunque no sabía bien que pasaría con su relación con Meliodas.
Entre todas esas dudas su mente pensaba y pensaba.
-No debes preocuparte, yo siempre te daré tu espacio y apoyaré cada decisión que tomes.-
Sentía mucha tranquilidad el saber que Meliodas siempre la apoyaba, pero Leslie estaba sobre ella diciéndole una y otra vez que debería casarse con el rubio en vez de seguir estudiando.
Pero no era lo q ella quería, y su madre no iba a decirle que hacer.
Cuando la gran noche de graduación terminó Elizabeth y sus amigas quisieron ir a la playa a ver el amanecer, así que con sus respectivas parejas fueron ahí, se sentían algo nostalgicas ya que cada quien iba a seguir un camino diferente.
En medio de esa tranquilidad y nostalgia Elizabeth nuevamente se sintió mal, los dolores de cabeza regresaron y sentía mucho mareo debido al dolor
Meliodas se preocupó.
-Deberiamos ir con el doctor, no es normal esos dolores.-
-Estoy bien de verdad, no me pasa nada.-
No había manera de convencerla y resignado acepto aquella decisión.
Veían un hermoso amanecer, las sonrisas se formaron en el rostro de todos
Se dirigió cada uno a su hogar y ella se mantuvo de pie viendo como sus dos amigas se iban en carro diferente hacia un nuevo destino.
Sintió tanta tristeza que las lágrimas cayeron sobre sus mejillas
-Espero que las vea pronto.-
-Tranquila así será.-
Meliodas la abrazo consolandola y caminaron juntos así hasta el auto de el, subieron y puso marcha hacia la casa de la ojiazul.
Los días pasaban sin ninguna novedad, excepto que los dolores de Elizabeth continuaron hasta al grado de llegar a vomitar en muchas ocasiones, mayormente en las mañanas, Margaret le sugirió algo.
-¿Prueba de embarazo? ¿Tú crees que yo?-
-Tienes todos los síntomas Elizabeth, no perdemos nada en hacer una de orina, yo te la comprare y te la traigo.-
Asintió con la cabeza con miedo, no sabía que pensar ni como decirle a Meliodas, eso definitivamente cambiaría sus planes a futuro, entre tantas cosas que pensaba Margaret regreso con la prueba, compro dos de diferente marca, y ella hizo las dos.
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Jaula De Oro
FanfictionUn amor de comienzo equivocado por fin llegó a unir a los dos desconocidos estrechamente. ¿Tal vez en el Destino existe el amor? Elizabeth se vio obligada a casarse con un Joven que recién conseguía una gran herencia con la muerte de su padre el cu...