Capitulo VIII

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Novena CartaLas Cosas que Siempre Quise Hacer

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Novena Carta
Las Cosas que Siempre Quise Hacer

Querida Margaret 

¿En algún momento has pensado en todas las cosas que deseaste hacer pero que nunca hiciste?
Even y yo teníamos algo en común; eso era que ambos estábamos imposibilitados a hacer demasiado.

Mi sueño más grande era caminar sobre la nieve e incluso jugar con ella. Acostarme a ver el cielo mientras caen los pequeños copos sobre mi piel y que luego se desvanecen en ella. Me gusta la nieve, se disuelve con facilidad y desaparece. Es tan parecida a mi, y alguna vez también se pareció a Even. En aquella etapa de su vida donde pensó que la única cosa que podría hacer por si mismo, era respirar.

El día que finalmente Even pasó de ser un espectador a ser un pasajero, se convirtió en una de sus memorias más preciadas. En medio del silencio que traía la noche Even preguntó:

__ Oye.... Al, ¿En serio iremos a tocar estrellas marinas? — dijo mientras estaba en cuclillas en el asiento del tren recibiendo el aire fresco por la ventana.

__ ¿No te gusta la idea? — le preguntó Albert con una sonrisa.

__ No es que no me guste la idea... — hizo una pequeña pausa y luego prosiguió:

__ Es que creo que ambos somos muy raros, je,je,je,je...

___ No hay nada de malo en ser raro o diferente— exclamó Albert. Entonces, Even le preguntó:

__ ¿Entonces crees que es mejor que ser alguien ordinario?

__ No. tampoco hay nada de malo en ser común y ordinario. En otras palabras, no hay nada de malo en ser tu mismo.

Even se sintió cómo nunca antes lo había hecho. Entonces le dijo:

__ Eres bastante bueno con las palabras...

__ Las palabras tienen poder, eso lo aprendí de alguien a quien admiro — respondió Albert.

__ ¿Alguien a quien admiras? ¿Quien? — preguntó Even. Entonces Albert le contestó:

__ Es alguien que no teme decir lo que siente. Nada puede detenerlo ni censurarlo, el es "El señor de las palabras" o así lo han nombrado. Nunca persiguió el éxito por eso, escribe en completo anonimato. — entonces Albert miró el paisaje oscuro por la ventana y prosiguió:

__ No se como es su rostro, ni siquiera si es alfa u omega, pero definitivamente amaría estar con alguien que piense y vea el mundo como él lo hace.

El Señor de las Palabras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora