Toxicity [Flippy × Reader]

08

~Gato~

Dicen que para obtener la atención de la persona que te gusta a veces tienes que hacer medidas desesperadas pero ¿A qué costo?

— Lo siento Flippy, pero me veo con la necesidad de sacarte del establecimiento. - comentaste apenada, no sabias como más decirselo - No vienes con alguna mascota y me haces perder el tiempo con las citas que ya tengo previamente hechas pero si quieres podemos vernos más tarde ¿vale? —.

¿Qué era esto? ¿Acaso ella lo estaba corriendo? ¡Porque era una perra mal agradecida! Él hacía de todo para estar con ella pero aun así lo alejaba de su lado.

— ¿Pero por qué? — Sonrió disimuladamente, sus ojos buscaban desesperadamente una respuesta en los ojos de ella y a su alrededor.

— Flippy, No me mal entiendas. Es solo que tengo que estar al pendiente de mis clientes y sus mascotas, no puedo hablar contigo o prestarte atención al mismo tiempo — hablaste lo más amable posible pero aun asi no pareció funcionar, no pareciste persuadirlo, él te miró con desdén.

— Seguro — "Sonrió" y simplemente se fue sin escucharte.

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Ya había pasado una semana desde esa vez. ¿Él estaba bien? comienzas a preocuparte, el de cabellos verdosos no se había quitado la vida por esa estupidez ¿verdad?.

Como si pareciera que lo llamaste con el pensamiento, él cruzó la puerta del negocio se veía feliz pero al mismo tiempo preocupado, el de orbes verdosos cargaba un bulto con una sábana.

—¿Qué pasa flippy?— Preguntaste preocupada, su rostro hacía que te preocupas más

— Cuando venia hacia aca vi a un grupo de niños en bolita, cuando me acerque a ver que pasaba uno de ellos me lanzó una piedra hacia la mano — comentó con "molestia" en su voz. Mostró su mano y en efecto, su mano estaba sangrando, parecía que una de sus uñas se había roto más de la mitad, lo miraste asustada. — Eso no fue todo, los niños le tiraron una piedra en su patita del gato y creo que se la rompieron —  sono triste el tono de su voz.

— ¡V-Ven! ¡Tenemos que curarte esa mano y atender al gato! — La femenina había salido corriendo en busca de su kit de emergencias para curarlo cuando fue detenida.

— Espera. Será mejor atender al gato primero, yo puedo esperar — ella solo asintió y tomó el bulto de sábana entre sus brazos, salió corriendo de esa salita

(...)

— El gato ya está mejor, comió algo y se quedó dormido —  Soltó de la nada la joven quien vendaba la mano del hombre. — Muchas gracias por salvarlo —.

— No es nada — Sonrió regocijado y la observó de una manera posesiva y extraña.

Pasó un escalofrío por la espalda de ella, como si algo estuviera mal.

Ella no debía enterarse de que la pata rota del gato era su culpa ni que tampoco había golpeado varias veces su mano con un ladrillo. Él haría cualquier cosa por estar a su lado pero ella no tenia porque enterarse.