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|Reiji Sakamaki | Tormenta |

|Narrador Omnisciente |

|Por lectora|

|Romántico|

Y un rayo cayó y un trueno rugió.

Era una escandolosa tormenta eléctrica, tal parecía que había una  persecución en los cielos. El viento asotaba los árboles y a aquellas ventanas que estuvieran abiertas. Los cielos de verse negros pasaban a verse en un blanco total por la magnitud de los relámpagos.

¿Y tu? ¿Que hacías?

Por ahora, despierta y alerta. Estabas bajo un cálido sueño hasta que la tormenta comenzó. Si, tu sueño sería un tanto pesado, pero lo era más aquellos truenos que de golpe te hiceron levantar de la cama asustada.

Por curiosidad natural, te fuiste a asomar por la ventana. Corriste la cortina ligeramente para ver el exterior, y en efecto viste como afuera había una escena muy escandalosa por parte de la madre naturaleza.

Te sentías pequeña.

Un hueco en el pecho al contemplar ese escenario sola.

¿Y si la tormenta pasa a ser un huracán? ¿Que si el techo no es lo suficientemente resistente y cae?

La mansión era antigua, aunque recordaste que por esa misma razón, seguro ya a soportado peores tempestades. Incluso es un milagro que aun este en pie tomando en cuenta quienes son sus residentes.

Pero justo ahora, ¿que si es la primera vez que ocurriera?

Te giraste a ver la habitación. Era grande, y casi muy vacía, con solo los muebles indispensables, y el resto eran zonas con eco.

Te abrazaste a ti misma, al sentirte desolada en ese espacio gigante, al ver que la única y poca luz que iluminaba ahí era la que se metia por la ventana, en pertubardores relampageos que a toda minima sombra hacía dar figuras espantosas.

A él, querías ver lo a él ...

Verle frente a frente para estar en una grata compañía

Saliste de tu habitación en marcha hacía la del segundo Sakamaki. A paso apurado andabas, mientras veías como en el transcurso, la mansión se veía como la típica  escenografía de una película de terror en donde tu eras la protagonista que en cualquier momento atacarían por la espalda en cualquier relampageo del cielo.

---¿Que haces aquí?---

Y gritaste con un sobresalto ante aquella inesperada voz.
---¿Eres tu? ¿Reiji?

---¿Quien más iba a ser? Además ¿no crees que es descortés de tu parte gritar cuando otros duermen?

Viste como sin darte cuenta ya estabas frente a la habitación del vampiro que buscabas. Él, en la entrada de su habitación, observandote con esos ojos magenta esperando respuesta

---Oh de verdad, discúlpame en serio, pero es que vine a ... ver-te--- esa última parte salió en balbuceo, al ver lo vergonzoso que podía sonar si no era dentro de tu cabeza

---Perdón ¿Que dijiste? --- más que con sutileza, lo dijo sin creer que no hablaras correctamente --- Una mujer de tu edad ¿hablando así? Dilo apropiadamente, por favor

---¡Vine a verte a ti!

Soltaste sin rodeos antes de que se enojara.

Él, primero alzó una ceja al ver tu respuesta, pero ablando su gesto en una sonrisa de orgullo al saber que ibas exclusivamente a verle.