Al despertar, somnolienta y adolorida sentí que Jack no estaba a mi lado, a lo cual desesperada me levante y salí de los arbustos, buscándolo con la mirada.
-¿¡Jack!?, ¿¡Queréis matarme del susto!?- Le grite enojada pero aliviada de verle ahí.
-Calma, calma, estaba apunto de despertarte, ya es de mañana continuemos, quizás si seguimos el rio podremos hallar un campamento aledaño- Dijo Jack, algo cansado.
Estuve de acuerdo con su idea, aunque hambrienta y con sed, no había de otra que intentar buscar ayuda. Jamás consideramos volver en dirección contraria al rio, nos tomaría horas y nos toparíamos con esa criatura nuevamente, por ende solo comenzamos a seguir la corriente del rio, pero había algo que no me dejaba en paz.
Aquella noche, esa cosa que vi en la oscuridad ¿que diablos era?, pensativa y con mucho dolor en el cuerpo seguí a Jack mientras caminábamos por la orilla del rio, buscando un campamento aledaño.
Nuestra caminata fue muy larga, o ese creí yo, los rayos de luz apenas rozaban las ramas de los arboles, iluminando el bosque de forma tenue, lo cual significaba que amanecía.
Me sentía algo aliviada, nos libramos de la otra criatura a la cual dejamos bien atrás, pero no dejaba de pensar en mis fallecidos amigos y a esa nueva cosa que vi por la noche, sumida en mis pensamientos, nos dimos la sorpresa que había un campamento de lo que parecía ser niños exploradores. Alegre y aliviada, ignorando el dolor me adelanté, dejando a Jack atrás, para comenzar a gritar por ayuda mientras lloraba. La sonrisa en mi rostro se desvaneció en cuanto observé el campamento vacío.
-¿Hola? ¿Hola? ¡Por favor, alguien ayuda! - Exclamé preocupada.
Jack llegó atrás mío, inclinándose un poco hacia adelante para reposar.
-¿Acaso no hay nadie?, no me jodas- Exclamó Jack, decepcionado y cansado.
Me acerque lentamente a las carpas de los niños, cuando noté que estas se encontraban dañadas y rotas, había ropa rasgada en el suelo y con manchas de sangre, instintivamente sabia que algo no andaba bien, retrocedí asustada, queriendo gritar pero cubriendo mi boca.
-¡Jack! - Grité
-Oh mierda, ¿que coño ah pasado en este campamento? no me jodas ¿¡esa cosa que nos persiguió llego hasta aquí y se cargó a todos!? - Exclamó Jack algo desesperado y enojado.
-¡No lo creo! ¡Esto no parece obra de esa cosa! ¡esa monstruo hubiera causado una destrucción mayor! - Desesperada mire a todos lados en medio de la discusión cuando una voz nos interrumpió.
Nos quedamos en silencio nuevamente cuando oímos la voz de un niño, la cual parecía venir de un arbusto cercano junto a algunos quejidos. Muy alarmada, me acerque lentamente, creyendo que podría tratarse de un niño que habría logrado sobrevivir a lo que sea que haya ocurrido en su campamento. Armada de valor, y dando pasos lentos para no asustarle, trate de hablarle para calmarlo mientras me acercaba al arbusto, lentamente poniendo mis manos entre las ramas y hojas para permitirme ver a través.
Cuando de repente una cabeza gran cabeza de conejo, se asomó fuera de los arbustos, frente a mi cara, haciéndome gritar del susto y caer de espaldas al suelo, cuando adelante de mi se alzó esa horrenda criatura, revelando dos brazos largos y peludos que tenían dedos como los de un humano.
Jack rápidamente reaccionó tomando una piedra de la consumida fogata., arrojándola contra la criatura, justo en la cabeza, haciendo que esta, desvié su atención hacia él, soltando un chillido anormal, mostrándole afilados dientes que parecían humanos y cuatro frontales de conejo.
Rápidamente me puse de pie y corrí asustada en dirección a Jack para tomar las piedras de la fogata, arrojándola al rostro de la criatura mientras esta se acercaba como cual cazador a su presa, lentamente. La criatura parecía irritarse más y más cuanto más rocas le arrojábamos en la cara, sin embargo, no funcionaba, no retrocedía.
-¡Jack! ¡por el amor de dios, vamos a tener que correr, no importa si nos duele, corramos! - Exclamé.
Al arrojar las ultimas piedras contra la cara de la criatura, corrimos hacia el sendero que habían tomados los campistas, con la esperanza de huir, cuando Jack cae al suelo, al tropezarse con el cadáver comido de un encargado del campamento. Grité de horror al ver la escena, cuando de repente la criatura de un solo salto, con sus grandes patas llegó a las espaldas de Jack.