CAPITULO 16

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Cuando salí de la habitación de mis padres me dirigí directamente a la cocina en dónde suele estar Felipa para despedirme.

-Feli, ya me voy sino mi padre se enojará aún más -Dije entrando a la cocina.

-Hay mi niña me apena mucho todo lo que le dijo el señor.

-No te preocupes Felipa, sé que lo dice por el coraje que tiene -Dije mientras le extendía mis brazos en modo de abrazo.

-Mi niña ¿Te irás a esta hora? -Preguntó mientras correspondía el abrazo.

-No puedo quedarme Felipa será peor.

-Ve con mucho cuidado, sabes que manejar a esta hora es muy peligroso y más que estás yendo tú sola -Nos separamos del abrazo.

-Descuida Felipa, ¿Te puedo pedir un favor?

-Claro mi niña.

-Avísame cualquier cosa que pase con mi madre, cómo está, si va mejorando ¿si?. Como no tengo celular puedes llamar a la mansión Romanov pediré que me pasen cualquier llamada tuya, supongo que debes tener el teléfono.

-Pues me parece que en alguna ocasión lo anoté espero no haber perdido la libreta.

-Ok gracias Felipa.

Después salí de la casa de mis padres y me subí en la camioneta en la cual vine, cuando salí del portón principal me di cuenta que estaba muy oscuro y si me asustaba un poco ya que nunca antes había conducido a estas horas de la noche que ya van a ser las 11:00pm, sé que puedo llamar a Jairo pero no quiero hacerlo venir hasta acá además tengo que lograr llegar yo sola a la mansión.

Llevaba más o menos unos diez minutos de camino e iba conduciendo tranquila y relajada, yo diría demasiado para ser la primera vez que manejo a esta hora, ya me había alejado de mi casa y estaba pasando por un callejón que a estas horas está desolado y sin nadie fuera de casa, todo iba bien hasta que puedo divisar que me sigue una camioneta negra un poco más pequeña que la mía y cuando me fijo bien atrás de esa viene otra igual, me quedé asustada por unos minutos y después reaccioné acelerando tanto como me permitía esta camioneta.

Cómo era muy tarde las calles estaban vacías y eso me favorecía para poder ir rápido, mientras yo más aceleraba ellos también lo hacían, tenía miedo demasiado miedo no quería ser secuestrada de nuevo y esta vez no creo tener tanta suerte como para encontrarme con alguien bueno, cuando salimos del callejón y llegamos a la autopista la camioneta que tenía detrás me rebasó quedando delante mío como tenía vidrios polarizados no pude ver quiénes eran los idiotas iban en el interior, trataba de pasarla pero no podía ellos me bloqueaban toda salida, se notaba que el conductor era un experto comparado conmigo, de pronto esa camioneta frenó de golpe por lo que hizo que yo la chocara por la parte trasera.

En ese momento supe que no tenía escapatoria, estaba perdida por no decir muerta, acto seguido se bajaron cuatro personas de esa camioneta dos de los asientos delanteros y dos de los traseros, se iban acercando a mi camioneta por los dos lados y pude ver que venían también cuatro personas por detrás de la camioneta, supongo que los que seguían a estos, todos esos ocho hombres tenían pasamontañas, rodearon el vehículo y yo me quedé allí estática, temblando sentía que estaba pálida de pronto uno de los hombres que venía por mi lado sacó una pistola y apuntó al vidrio pude escuchar que dijo que abriera la puerta, sin más opción hice lo que pidió, él me jaló del brazo y me sacó del carro mientras le gritaba a los demás que quemaran este.

En ese momento solté todas las lágrimas que había contenido, me reprochaba el ¿por qué no había llamado a Jairo? ¿Por qué me creí la mujer maravilla para venir sola? ¿Por qué el mundo está en mi contra siempre? De pronto el hombre que me tenía sujetada empezó a hablar al mismo tiempo que me mantenía apuntada con la pistola.

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