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ʜᴇᴇᴊɪɴ ᴘᴏᴠ

A penas mi tía me vió llegar corriendo supuso que algo malo ocurría, no tuvo intención de mirarme, ni de saber cómo estaba. Sólo salió a hacerse cargo de los problemas, los problemas que yo siempre le daba.

El problema siempre he sido yo pero nadie lo admite.

Cuando sentí la campana sonar, fingí no haber escuchado nada, pues mi cuerpo estaba frágil. Como si el aire que entró por la puerta se hubiese colado en mi interior, sentí algo bastante extraño, básicamente pude analizar la ¿energía? de esa chica, no la vi pero mi interior me dijo que era una mujer tranquila, alguien que emanaba paz —esa paz que necesito por un segundo en mi vida—.

Necesitaba ver su rostro —además tenía la obligación de atenderla—, intenté ir hacia ella pero me pasó algo peor, vi un color. Un color que no era ni blanco, ni gris, menos negro.

No sé cómo describirlo.

¿Chillón? ¿Parecido al blanco? ¿Pálido?

Fue increíble, pero no pude evitar salir corriendo.

(...)

He leído que el cerebro no es capaz de inventar cosas, ¿eso significa que en algún punto de mi vida veía colores y nunca lo supe?

No, estoy alucinando.

Intenté calmarme, me puse la cinta negra y me agaché en una esquina.

Aquello, era la única forma de reprimir mis emociones.

Algo bueno de este café es que mi tía me permitía estar sin la cinta —que usaba en la escuela para pasar desapercibida—. Todo era gracias a que este lugar lo frecuentaban, mayoritariamente, adultos mayores, abuelitos y abuelitas que no te critican, sino alaban todas tus cualidades.

A pesar de estar obligada a venir a un espacio cerrado, tal vez he podido experimentar un poco de libertad.

Ser sólo yo.

No tener que esconderme de los demás.

Siento una mirada enojada sobre mi. ¿Cuánto tiempo llevaba asesinandome con la mirada?, me quité la venda para divisar a mi tía con los brazos cruzados enfocándose solamente en mi.

T: Me acabas de avergonzar Jeon Heejin, ¿qué excusa me darás ahora?
HE: Tengo muchos malestares, ¿puedo irme?
T: Estás trabajando niñita.
HE: Tía lo siento, (se saca su delantal) pero no puedo seguir aquí.
T: Debes trabajar, la deuda de tu madre no se pagará sola.
HE: ¿Qué deuda? ¿De qué habla?
T: Tu mamá se suicidó por sus ineficiencias económicas. Estoy segura que te castigaron con esos problemas (apunta sus ojos) por la cobarde de tu madre.

¿Mi mamá se suicidó?

¿Eso significa que no me abandonó por ser así?

HE: Tía le trabajaré hasta el último peso pero debo irme.

Tomé mi teléfono y salí corriendo por la puerta de la cocina. Ni loca volvía a cruzarme a esa chica.

Necesito ver a Jiwoo, ahora.

(...)

A medida que caminaba me sentía cada vez peor, no podía mantener un ritmo constante y la gente me miraba extraño, estoy acostumbrada a eso pero esta vez era distinto. Más que asombrarse por mi condición, me estaban juzgando por ser rara.

Llamaba a Jiwoo, fueron incontables veces, ninguna me contestó.

¿Estaba ocupada?

Jiwoo te necesito, por favor.

Al ir concentrada en mi teléfono y las llamadas que necesitaba que Jiwoo me contestara, no me percaté de lo que estaba ocurriendo a mi alrededor.

¿No fue una alucinación?

Ahora podía ver rastros de ese color entre chillón y pálido en todos lados.

¿Qué mierda?

Se supone que nunca sería capaz de distinguir algo más que la escala de grises. ¿Y ahora podía ver esto?

No sé en qué momento terminé en el suelo. Me pasa por distraerme. Intento levantarme rápido y nuevamente caigo, esta vez alguien me empujó.

JA: Querida Heejin, tanto tiempo (aplaude)

Ay no.

HE: Permiso.

¿Por qué el tarado de Jaemin me estaba empujando?

¿Es que ni en vacaciones merezco un descanso de esos psicopatas?

Nuevamente me empuja, me estoy agobiando y no quiero. No tengo como salir de esta por favor que alguien se apiade de mi.

HE: ¿Qué quieres de mi?

Primera vez que soy capaz de soltar una frase sin titubear frente a uno de mis acosadores.

JA: Eres bastante atractiva.

Se detiene para sujetar bruscamente mi mandibula.

Por favor alguien ayúdeme.

JA: Lástima que eres rara. Y yo no lidio con raras.

Mi cuerpo se comienza a desvanecer, ya no veía nada y alguien me sostiene desesperadamente.

Espero no sea él.

Colors - 2jinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora