Colors - 2jin

[114]; 🂡

ʜᴇᴇᴊɪɴ ᴘᴏᴠ

Si ayer no fue el día más ajetreado y aleatorio que he experimentado ni me imagino como puede llegar a ser.
Jiwoo me tenía muy preocupada pero lo último que debía hacer era pasar sobre su palabra e invadir su espacio personal.
Sinceramente yo había tratado de desaparecer de muchas formas pero nunca se me ocurrió hacer algo así. Ella había sido muy valiente.

Debo dejar de decir weás.

Estaba caminando hacia el maldito café y mis pensamientos estaban totalmente revueltos. Me encantaría ayudar a Yerim, la entiendo totalmente y estae en una situación así es peor de lo que cualquiera pueda imaginar.

¿Cómo estará Jiwoo?

¿Debería llamarla?

Me contestó al instante.

JW: ¿Pasó algo?
HE: No precisamente, ¿cómo estás?
JW: Heejin...
HE: ¿Irás ahora?
JW: Debo ir a la puta universidad.
HE: Que te cubra alguien.
JW: ¿Quién? No hay nadie allí en quien pueda confiar.
HE: Intenta con la castaña.
JW: Gran descripción.
HE: Esa que era tu compañera, no recuerdo su nombre.
JW: ¿Kim Jungeun? POR NINGÚN MOTIVO.
HE: Per-
JW: No le des más vueltas, ya casi llego.
HE: Vueltas mi abuela, te vas ahora mismo a acompañar a Sooyoung y llama a la chica esta. ¿Qué le va a costar? Si es millonaria, no tiene nada que perder por prestarte tres hojas rayadas.
JW: ¿Por qué hablas tantas cabezas de pescado?
HE: Me avisas si despierta, te amo.
JW: HEEJ-

Le corté antes que comenzara a gritarme, esa era la única forma que me hiciera caso.

Incertidumbre.

Obviamente ella tiene la peor suerte del mundo y valga la redundancia, obviamente recordaba el nombre de esa chica, Kim Jungeun, —fue el primer garche de Jiwoo—.

Se hace la weona más encima.

Mi reloj suena, éste estupido aparato logra sacarme de quicio, pero gracis al cielo me recuerda que voy tarde. Chaewon debe estar esperándome.

¿Tan tonta ibas a ser Jeon Heejin?

Corrí mucho hasta que por fin logré divisar su cabellera plateada.

¿Quién con sus cinco sentidos funcionando se teñiría el cabello de ese color?

La saludó fríamente, aunque no crean, me estoy esforzando mucho para ser más expresiva y menos apática con mis emociones —solamente necesito sanar unas cuantas cosas antes—.

De todas formas la chica me agradaba.

Hyunjin —como siempre— le dió justo al clavo.

(...)

Las horas pasaban y pasaban, no tenía noticias de Jiwoo, ni de Sooyoung menos de Yerim. Mi mejor amiga se había comprometido a llevarme donde Haseul, aunque era lógico que hoy —por la contingencia— no podría.

Estaba equivocada.

Cuando ya me había resignado a caminar, me puse a ordenar mi uniforme. Escucho la campana sonar.

Demonios, ¿por qué estas cosas me pasan a mi?

Era Hyunjin.