CAPÍTULO 1

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Juro por Dios que la mataré si lo intenta, es una completa idiota que no respeta los papeles principales. Estiro bien mis piernas para colocarme los tacones para la presentación, miro orgullosa mi traje completamente diseñado por mi, el teléfono suena en la silla y miro la respuesta afirmativa que explota completamente mi furia para dejarme totalmente en mi derecho de matar a esa zorra.

Todos los bailarines siempre tienen a un rival. Es esa persona que aunque tu evites solo con mover un pie te saca de las casillas, en mi caso se llama Ana y acaba de copiar parte de mi presentación de salsa casino, sin embargo, no dejaré que nada arruine este momento la salsa siempre ha sido mi pasión y esto es solo una exhibición.

Salgo de los vestidores y localizo el cabello rojo, la estúpida está plácidamente riendo pero decido presentarme y después arrancarle sus bonitas extensiones. Paso por el lado de una camarera y tomo un trago para los nervios mientras camino al escenario para encontrarme con Alex, mi fiel compañero de salsa y así nos situamos para comenzar con el show.

La música empieza y mis pies cobran vida propia, mis movimientos son precisos y las fuertes manos de Alex me guían a través del escenario. Mis caderas van al compás del ritmo musical y mis pensamientos pasan a segundo plazo por que mi alma se siente más viva que nunca, mi corazón palpita rápidamente en mi pecho y siento algunas gotas de sudor en el cuerpo. Mis pies se centran al momento de dar las vueltas y cuando llega el momento de separarnos y lucir por separado la salsa ya está corriendo en mis venas. Mis hombros, manos y caderas sueltas entran en sintonía, acaricio y muevo mi cabello al son de los movimientos. Las miradas de los presentes ya no me producen nervios solo una gran satisfacción al ver como se encuentran embelesados con lo que hacemos.

Al terminar la coreografía feliz y agradecida de que nos haya salido excelente, respiro profundo y le doy dos besos a Alex en forma de despedida. Me alejo antes de que empiece con sus preguntas estúpidas, bebo de golpe dos copas de vino estas y no son para los nervios. Estas son para que después no me de tanta pena estropear mis lindas uñas en la cara de Ana por más de ser una simple presentación por diversión no permitiré que roben lo que con esfuerzo he creado.

Doy un rápido paseo por los camerinos mi mirada se centra en mi móvil que vibra justo sobre una pequeña mesa decorativa. Lo desbloqueo y tomó una gran bocanada de aire al ver una foto  mía en la pantalla. Quien me la envío es un simple número desconocido o al menos no está agendado, tiene un texto adjunto.

~Pocas semanas...~

Dejo el mensaje ahí aunque decido ignorarlo quizás que estupido me está intentando hacer una broma. Mi humor en este momento no está para lidiar con este tipo de juegos, la rabia aún está en mi sistema y sé muy bien con quien descargarla.

Camino buscándola por todos lados abro todas las puertas existentes al rededor del club. Hasta que se me ocurre la brillante idea de salir al exterior veo que todo está de mi lado ya que la encuentro concentrada en un cigarrillo. Me acerco a ella para sacar el cigarrillo de su boca con una cachetada que me deja la mano ardiendo.

Su desconcierto es algo más que obvio, quizas espero salir ileza de esta pero estoy cansada de soportar sus estupideces. Tomo su cabello entre mis manos y esta reacciona inmediatamente haciendo lo mismo que yo siento algunos mechones ser arrancados debido a la fuerza que esta ejerce, mi cordura se va a la mierda y tomando fuerzas impacto con mi puño cerrado un golpe en su estómago, seguido su cuerpo se desploma he intenta buscar a toda costa aire, una sonrisa se instala en mi cara y vivo a carne propia lo que es sentir la violencia corriendo por tu organismo a toda velocidad. Coloco mis piernas al rededor de su cintura y dejo otra cachetada en su mejilla

Escucho un grito sé muy bien que es de Elena mi error es quitar mi mirada del animal que está bajo de mi. Ana aprovecha mi descuido, con fuerzas hace que quede debajo de ella sin perder tiempo eleva su puño dándome un fuerte golpe en el ojo que me deja en claro que ahora seré un osito panda. Sin importar que estoy en bodi y con mi medias pantis rotas logro quitármela de encima para agarrar una botella que está cerca de mi, estoy harta de quedarme callada, ahora estoy fuera de mis cabales y cuando voy a partir la botella en su cabeza de puta escucho el grito de un estúpido policía.

¡Manos Arriba!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora