CAPÍTULO 5

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No pueden ser posibles tantas desgracias en un día, siento como si tuviera un cartel gigante en mi frente con la palabra zorra marcada.

Trato de ocultar mis sentimientos en estas circunstancias y pongo mi mejor cara de calma posible.

-Buenas tardes señorita Settman ¿en qué le podemos ayudar?- sonrío mirándola y sin poder evitarlo-¿quizás otras camisas?

-No en este caso no serán camisas-el rubor de su rostro no hace más que denotar su molestia- digamos que mi relación no está pasando por un buen momento...-miro a todos lados buscando mi dignidad- busco ropa interior sexy... sabes para activar de nuevo esa llamarada-

Asiento sin poder expresar ninguna palabra, las imágenes de lo que acaba de pasar con Leo siguen muy frescas en mi mente y aún puedo sentir sus labios sobre los míos.

Veanme ahora ayudando con lencería a su novia. Mierda, esto tiene que ser una terrible broma.

Me pasa algunos conjuntos de ropa interior y yo trato con todas mis fuerzas de no salir corriendo, mis pensamientos se interrumpen con el sonido de su celular sonando.

Una sonrisa descarada crece en su rostro algo que me deja un poco fuera de lugar. Pero como si de un puñetazo se tratara, su voz y el nombre que pronuncia me ubica en el lugar donde pertenezco.

Sin dejarme escuchar bien su conversación, da unos pasos lejos de mi para que no pueda saber que demonios habla con Leo. El tiempo se me hace eterno y mis uñas pagan el estrés como siempre.

Luego de unos minutos veo como vuelve con la misma sonrisa.

-Creo que nuestra noche de reconciliación se adelantó-muestro una sonrisa por más que quiera suicidarme en estos momentos-me los llevaré todos-

Asiento simplemente, camino delante de ella para dejarla con la cajera, que gracias a todos los dioses empaca rápidamente todos los pedidos y despacha a la futura señora Hunter.

Cuando por fin veo la hora de salida salgo de la boutique como si mi vida dependiera de ello, necesito dormir urgentemente, la cabeza me va a explotar de tantos estúpidos pensamientos.

Me entristece pensar en lo que hice y aunque no me arrepienta de nada si me duele saber que el mismo día, tendrá sexo con la que si es su mujer.

Subo las escaleras de mi casa la cual desprende esa clásica musica para cortarse las venas. La imagen que recibo al abrir la puerta de esta es la de una Elena tirada en el suelo casi desnuda y con lo que pareciera ser ¿chocolate? En su cuerpo mientras que lágrimas de cocodrilo caen de sus ojos.

Hades en sus pies la mira con su colita moviéndose y la cara ladeada, creo que el al igual que yo tratan de descubrir que coño ha pasado aca.

-¿Se puede saber que mierda sucedió aquí para que terminaras así traumando al pobre de hades?-

-No.- me mira con odio-no se puede saber-

-Está bien no te presionare, yo si tengo candentes cosas que contarte-su mirada vuelve a tener la chispa divertida sabiendo a que me refiero-así que si quieres saber... mejor ve a darte una ducha-

Se pone de pie de inmediato para hacer lo que le he dicho mientras tanto me sirvo un vaso gigante con coca-cola para refrescarme.

Me dirijo rápidamente a mi habitación para ponerme algo más cómodo, siento las pequeñas pisadas de hades tras de mi, posiblemente halla quedado tan marcado que no se acerque más a Elena.

Escucho la puerta del baño cerrarse, por lo tanto empiezo a caminar al sofá para poder empezar a relatar este pésimo y cruel día

-Aquí estoy, lista para el drama de ese sexy oficial- sube y baja las cejas con la diversión pintada en su rostro-

¡Manos Arriba!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora