¡Manos Arriba!

CAPÍTULO 14

Sus brazos me arrullan, siento que ningun tipo de estres puede pasar la barrera tan alta de extasis que corre aun por mi cuerpo. El oficial ha dejado el cinto muy alto y mi cuerpo es consecuencia de ello, mis piernas aun se encuentran un poco dormidas y el agua que cae sobre nosotros me mantiene en un letargo junto a sus caricias. El telefono del oficial empieza a hacerce notar en algun lugar fuera del baño, lo que hace que este empiece a levantarse no sin antes dejar un dulce beso en mi coronilla. Aprovecho el nuevo momento de intimidad mientras que ahora con un poco mas de claridad en mi mente observo mis piernas y aproximadamente toda la ducha que me rodea en busca de sangre. Mis mejillas se calientan y me siento abrumada por la verguenza que me ataca, no soy una persona que sea fiel a muchos tabues pero esta en mi naturaleza avergonzarme un poco por lo pasional y cegador que puede ser el afamado policia.

Me pongo de pie, empiezo a frotar mi cuerpo que se impregna en la fragancia fuerte y varonil que hace picar mi nariz en extrema satisfaccion. ¿Es asi como me lo imagine? Fue mucho mejor que cualquier fantasia erotica que atraveso mi mente, sus besos aun se sienten sobre mi piel y su cara de satisfaccion estando entre mis piernas es algo que acarriare conmigo hasta mi ultimo suspiro. Los pasos resuenan por toda la habitacion junto con unos murmullos que no logro identificar, aun con una sonrisa tonta en mis labios me dedico a sacar toda espuma y restos de fluidos de mi. Coloco una toalla rodeando mi cuerpo y cierro el grifo para dirigirme fuera de la habitacion.

La voz de Leo cada vez se hace mas fuerte y clara. Al escuchar el sonido de la puerta este me da una mirada que es acompañada por una gigante sonrisa, me acerco a el para depositar un suave beso en su pecho por donde aun escurren gotas de agua, sintiendome aun un poco traviesa tomo estas en mi lengua haciendo que el oficial muerda su labio sin cortar la llamada. Doy vuelta para dirigirme a la habitacion donde aun se encuentras mis pertenencias,  no obstante, mi cuerpo frena en seco devido a la mano del oficial que me detiene aun de espaldas para restregar una nueva ereccion sin toalla de por medio en mi trasero. Giro un poco mi rostro para encontrarme con su sonrisa coqueta osilando su atencion de la voz que resuena en su celular y mi rostro. Dejo caer la toalla para subir su unica mano libre hasta uno de mis pechos el cual empieza a amasar en sus manos, sonrío triunfante y dirigo mi mano hacia la dura ereccion. La tomo entre mis dedos y doy un agarre firme para empezar a subir y bajar rapidamente, un jadeo se escapa de la boca del oficial, puedo escuchar la voz masculina del otro lado subiendo de tono asi que abandono rapidamente para salir se la habitacion de una vez por todas.

Debido a la nueva humedad entre mis piernas un nuevo baño me vendria bien, el agua fria logra calmar mis muy alborotada hormonas que reaccionan de manera tan caliente ante este atractivo y dulce oficial. La calma me dura poco ya que la ventisca fria junto las manos que empiezan a pasar en mi cuerpo hace que el calor vuelva mas fuerte. Sus manos me pegan a su fuerte pecho y  una de ellas baja hasta mi botoncito de encendido el cual empieza a ser acariciado sin tregua alguna. Su lengua se pasea por mi cuello, hace que jadeos empiecen a salir de mis labios, mi mano vuelve a dirigirse a ese gran trozo de carne el cual deseo tener profundamente  dentro de mí. Aprieto mi mano al rededor se su falo y los gruñidos empiezan ahogarse en mis labios ya que su lengua empieza una danza erotica con la mia.

-De-despacio pequeña-su voz sale entre gemidos y mis piernas empiezan a temblar-Vamos... correte para mi-muerde el lovulo de mi oreja a la misma vez que introduce dos dedos dentro de mi-que calentita estas aqui adentro, simplemente perfecta.

Acabo con mi placer sacando su mano de mis piernas, en cambio, coloco mis rodillas al suelo y observo esa parte de su cuerpo que me lleva a la locura, la boca se me hace agua y delante de la atenta mirada doy una lenta lamida en la extencion de su glande. Un sabor salado del liquido preseminal se apega a mi paladar y me insta a continuar, paso mi lengua contorneando las venas que recorren su polla. Su cara de placer no hace mas que ponerme cada vez mas cachonda, sus manos agarran con fuerza mi cabello y empuna sus caderas adentrando toda su magnifica longitud en mi boca, relajo todo los posible mi garganta y con una de mis manos empiezo a masturbarme, mi otra mano preciona firmemente sus bolas. El rostro de satisfaccion del oficial es candente, saca su ereccion de mi boca para ponerme de pie contra el cristal de la ducha que se mantiene empañado. Toma en sus manos mis cadera para empezar a deslizar una y otra vez esa punta hinchada por mi clitoris.