¡Manos Arriba!

CAPÍTULO 13

la tension en el ambiente es algo innegable, casi espeluznante. Las miradas de algunos clientes se postran en los dos espesimenes que me rodean y la mirada preocupada que me lanza Camila hace que recuerde el lugar en donde nos encontramos. En cualquier instante podria aparecer Daniel y la unica perjudicada seria yo. No es muy etico esta clase de pleitos absurdos en tu trabajo, me adelanto para postrarme en el medio de los dos entrelazo mi mano con la de Leo intentando lograr que baje un poco la tension de su cuerpo. Este como lo esperaba se relaja, sin embargo, me toma de la cintura para dejar un suave beso en mis labios.

Respiro profundamente con miedo de abrir mis ojos para encontrarme con los de Matt. Decido dejar la cobardia de lado empiezo abrirlos lentamente, como me lo esperaba este me mira dolido y con rabia cosa que me parece absurda, lo nuestro nunca ha llegado a pasar de encuentros sexuales. No estaba en mis planes encontrarme con el oficial, mucho menos que este desprendiera ese magnetismo que me hace volver a el una y otra vez. Sumado a los fuertes sentimientos que empiezan a salir a flote de nuevo despues de mucho tiempo.

-Alejate de él Hannah-su voz es amenazante en un tono muy bajo-¿De verdad piensas estar con él? ¿Es que acaso no vez lo especial que eres para mi?

-No matt la verdad no lo veo-trato se calmarme y acabar con esta cituacion de una vez por todas-Lo de nosotros no pasaba de sexo-un gruñido se escucha detras de mi-este no es ni el momento ni mucho menos el sitio para hablar estas cosas.

-Yo nunca folle contigo Hannah para mi lo nuestro iba mucho mas alla de el sexo, las veces que estuvimos juntos haciamos el amor y tu lo disfrutabas recuerdo todos tus gemidos-mi cara se vuele roja de la vergüenza y su mirada sube hasta chocar con la del oficial, mi cuerpo se prepara para lo peor y sucede-¿acaso se te olvido como me rogabas y gritabas mi nombre? te hice mia, eso nadie lo cambiara.

Antes de poder reaccionar, el cuerpo de Leo desaparece de mi vista para volver aparecer sobre el soldado al cual empieza a golpear repetidas veces. Mi cuerpo se paraliza, solo puedo quedarme de pie observando como el caos se desata en mi lugar de trabajo. En un movimiento veo como Matt propina un fuerte golpe a Leo en la mandíbula. Este, sin embargo, cegado por los celos toma el control de nuevo de la situación dejando un puñetazo en el ojo izquierdo del soldado. Todo esto pasa a cámara lenta frente a mis ojos, la impotencia de la situación me sobrepasa, todo lo que ha venido pasando estos días me sobrepasa, lágrimas empiezan a caer de mis ojos y una de ellas es captada por el oficial. Rápidamente sus movimientos se ralentizan para quedar rígido al verme en tal situación. Confundida y sin ganas de seguir con este espectáculo corro hacia las afueras de la boutique, los gritos de este me persiguen, sin embargo, en poco tiempo cesan y los puños se vuelven a escuchar. Tomo el primer taxi que se detiene, me dirijo hacia mi antiguo departamento, aunque este se encuentre en ruinas el parque que está cerca de el se que es el lugar perfecto para estar sola y pensar.

Como todos los dias en esta ciudad la gente avanza sin importa el tráfico. Los problemas o situaciones que te rodean a ti mismo o a los demás pasan a un segundo plano en la mejor de la suerte. Los neoyorquinos parecen ser simples robot, qué con el pasar del tiempo se vuelven cada vez más fríos y distantes de la sociedad. Te acostumbras a la pesada carga de trabajo, deudas y problemas que te persiguen día a día, el no tener ni un minuto para descansar y concetrarte en tus pensamientos. Mucho menos tomar un respiro de aire libre por que el tráfico y los grandes edificios se lo han llevado, trayendo a cambio
consigo una fachada hermosa cargada de problemas.

Sr podría comparar así cada una de las situaciones de la vida en las etapas adultas del ser humano. Todo lo hermoso te ciega en un principio, pero, luego los problemas, defectos y situaciones que traía las empiezas a notar, todos estan salen de la oscuridad en donde se hallaban sumergidas con un unico objetivo, atormentarte. Te empiezan  ahogar, sin embargo, no te alejas. Es imposible, pues te haz acostumbrado y el ser humano tiene ese pequeño defecto entre muchos otros. El  acostumbrarte a lo que te hace daño, a lo que te destruye lentamente, a lo que no aporta esperanza y felicidad duradera. te acercas a las desgracias con tanta fuerza, que lamentablemente luego no te puedes ir, solo los que viven esa situación son completamente conscientes de lo difícil que sería abandonar. La ciudad del bullicio es un claro ejemplo, la gran manzana que a pesar de todos sus problemas, la costumbre de rodearse de estos es mas fuerte y una vida sin el Central Park, los gritos a toda hora de la madrugada y el apestoso tráfico desde temprana horas de la mañana es algo que no estarían dispuestos abandonar, al menos no tan fácilmente.